Expresó palabras de agradecimiento infinito para su Directorio, voluntarias, personas, instituciones, integrantes de la Armada de Chile y para su familia, quienes siempre la estuvieron apoyando y respaldando en sus iniciativas y preocupación por las familias navales que han debido enfrentar situaciones complejas, y que la Fundación “Blanca Estela” ha apoyado con cariño y dedicación.

¿Cómo ha sido ser Presidenta de la Fundación “Blanca Estela” durante estos cuatro años?

“He sentido mucho orgullo por mi equipo de trabajo, humildad por el cargo que me tocó asumir y mucha alegría por la labor desarrollada durante este período. Al asumir en 2013 sentí una gran responsabilidad, pensé en todo lo que debía hacer y me di cuenta de lo importante que es que exista esta fundación para las familias navales.

Es una oportunidad y un camino de esperanza para muchas familias que se ven enfrentadas a situaciones complejas, y que muchas veces no se imaginan que les puede tocar atravesar por esas dificultades, y ven en nosotras una alternativa de apoyo, cariño, empatía y preocupación por el prójimo, que su situación no es un tema indiferente para nosotras.

Estos cuatro años me he preocupado junto a mi Directorio de cada caso que nos ha llegado, siempre atenta a ayudar en lo que más se pueda, no sólo en lo material sino que además, en entregar apoyo emocional, entender que la otra persona o familia no lo está pasando bien y que necesita de nuestro apoyo. Siempre nos gustaría ayudar más, pero como toda institución solidaria que debe buscar sus propios recursos de financiamiento, tenemos limitaciones, pero siempre estamos dispuestas a trabajar para lograr más beneficios para las familias navales”.

¿Cuáles han sido las tareas más importantes?

“Siempre nuestro foco está en las familias navales que tiene alguna dificultad, sobre todo problemas de salud de alguno de sus integrantes y que afecta la calidad de vida del grupo familiar. También por situaciones graves a raíz de incendios, inundaciones, terremotos, etc. Nuestra tarea más importante es acogerlos, apoyarlos y entender que su situación es de preocupación. En esta tarea es fundamental el apoyo de las asistentes sociales y del oficial de división del servidor, así podemos lograr un apoyo más integral.

Las demás tareas son mantener y trabajar en todas las actividades que por años hemos realizado como fundación:  la campaña del kilo, feria del cachureo, entrega de becas, talleres, cursos de capacitación, reciclaje, banco ortopédico, bibliotecas, tienda, apoyo en hospitales navales, en el centro de rehabilitación “Dalegría GMM”, casa de acogida, y muchas otras. Para mantener, mejorar y realizar estas múltiples tareas es necesario contar con un grupo de voluntarias comprometidas y trabajadoras, que afortunadamente me acompañaron durante estos cuatro años, sin ellas no hubiera podido cumplir con este gran desafío”.

Al terminar su periodo como presidenta, ¿cuál es su balance?

“Me voy muy satisfecha, con la convicción de haber dado lo mejor de mí, me comprometí con cada situación que me presentaban, buscaba siempre lo mejor dentro de nuestras posibilidades y trabajé con mucho entusiasmo y dedicación. Tuve la fortuna de liderar un grupo de mujeres comprometidas, trabajadoras y con un corazón muy solidario de preocupación por el prójimo. Eso es invaluable en la vida, esta experiencia que tuve la atesoro y le agradezco a Dios por haberme dado esta hermosa oportunidad.

Asimismo, agradezco a cada persona que apoyó mi gestión y el trabajo de la Fundación, a las voluntarias, socios, integrantes de la Armada de Chile, empresas, particulares y a mi familia por entender que estar a cargo de una Fundación implica tiempo, cariño y compromiso”.

¡Gracias a todos por el apoyo!