Suboficial Mayor Manuel Rengifo Maulen, Condestable de la Primera Zona Naval

¡Qué grandiosa y noble tarea es ser Condestable!

Parece que fue ayer cuando crucé por primera vez la mítica Puerta de los Leones y caminé nervioso por el muelle de la Escuela, animado por las entusiastas palabras de los instructores que nos conminaban a correr y formarnos. ¡Qué gran día!

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Suboficial Mayor Manuel Rengifo Maulen, Condestable de la Primera Zona Naval

Al mirar en retrospectiva el camino recorrido, no puedo dejar de pensar en lo poco que conocía de la Marina cuando comencé este viaje y en lo agradecido que estoy de haber tenido la oportunidad de emprenderlo. Nacido al interior del campo chileno, en la provincia de Colchagua, poco sabía de la vida del mar y de sus hombres. La temprana y desafortunada partida de mi padre condicionó mi destino pero dejó tras de sí una serie de enseñanzas de vida y sólidos valores morales, que forjaron gran parte de lo que ahora soy. El deseo de estudiar y la necesidad de aprender me llevaron a la Quinta región a cumplir mi enseñanza media y luego, casi sin pensarlo, el 8 de febrero de 1987 me embarqué en la singular y extraordinaria aventura de ser marino.

Mi desarrollo profesional ha estado principalmente ligado a las Unidades a flote tanto de la Escuadra como del Comando de Misileras, por lo que me gusta decir con cierto orgullo que “soy un Marino de buque”, reconociendo con ello el cariño y respeto por aquellos fierros que me cobijaron por más de 23 años de embarco.

La familia del marino constituye el pilar fundamental en los logros profesionales y personales alcanzados, por lo que agradezco especialmente a mi esposa Marcela y a mis hijos Manuel, Constanza y Nicolás, que han sido mi sostén en los momentos de apremio y disfrutado también conmigo en los éxitos alcanzados.

Estoy convencido que el Suboficial Mayor es un engranaje primordial en la gestión de personal, la formación de equipos de trabajo y el funcionamiento eficiente de muchos de los procesos de nuestro diario quehacer, por lo que el esfuerzo, compromiso y lealtad que ponemos en nuestra labor prestigia nuestro grado y engrandece a la institución.

Me siento especialmente orgulloso de ser el Condestable de la Comandancia en Jefe de la Primera Zona Naval, participando intensamente de toda la preparación para el Mes del Mar y conmemoración del 140º aniversario del Combate Naval de Iquique. Estas actividades son parte del gran abanico de responsabilidades que tiene esta repartición, por lo que asumo cada día de esta vertiginosa labor con el mejor de los ánimos y la certeza de que este grandioso desafío es otra más de las oportunidades que me da la vida, para entregar parte de aquello que he aprendido en estos 32 años de marina.

La tarea es demandante, pero satisfactoria en extremo, el trabajo cercano y amable, la empatía y el buen humor, son parte del sello personal que me gusta mantener y en el cual confío plenamente para generar buen ambiente de trabajo, compromiso y lealtad.