Suboficial Mayor Luis Silva Fredes

Motivado por ingresar a la Armada y abrazar especialidad de Abastecimiento

Nunca soñé que con el tiempo llegaría a obtener el máximo grado en la Institución, Suboficial Mayor, reconocimiento que corona la trayectoria de todo personal de gente de mar

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Al mirar hacia atrás no puedo dejar de recordar aquel gallardo uniforme de Marinero colgado en mi pieza: significaba la visita de un hombre de mar, mi primo. Fue así que al terminar mi educación como Contador en el Liceo Comercial B-11 de Los Andes, nunca dudé en ingresar a la Armada, siempre inspirado en llegar a ser un especialista en Abastecimiento.

Un lejano 8 de febrero del año 1986 me presenté en la puerta de Los Leones para dar inicio a la etapa de formación militar en la Escuela de Grumetes, posteriormente fui enviado a la Escuela de Abastecimiento en el cerro Artillería, Valparaíso, a cursar la especialidad que siempre fue mi anhelo.

Fue así que comencé mi carrera naval como especialista en Abastecimiento, siendo mi primer trasbordo, premio por haber obtenido la primera antigüedad en el curso Abastecimiento, el Buque Escuela Esmeralda en el año 1989. Durante mis casi 33 años de carrera naval he cumplido diversas destinaciones: Dirección de Sanidad, DDG Riveros, VALPABAS, DIRECCING (actual DIRISNAV), COMNAVDAW, PFG Condell, TERZONA y DIRECABAS, repartición en la que el esfuerzo, dedicación y entrega profesional durante tantos años se vio coronada con la investidura del grado de Suboficial Mayor, pasando a ser el Condestable de la repartición.

Actualmente me desempeño como Condestable Mayor del Centro de Atención Primaria de Salud Viña del Mar, lo que ha significado otra experiencia enriquecedora en mi carrera, asumiendo la responsabilidad de conducir un selecto grupo de personal naval y civil que cumple labores completamente distintas a las acostumbradas dentro de mi especialidad de Abastecimiento.
Todas las destinaciones de mi carrera han sido de mucha importancia: en ellas he encontrado grandes personas con las que he compartido gratos momentos, vivencias inolvidables y que han dejado huella y lazos de amistad fraternas en mi vida.
El haber obtenido el grado superior sin lugar a dudas tiene mérito propio, pero no debo dejar de agradecer a mi amada esposa Marianela, mis hijas Pía y Valentina, que con su amor incondicional, apoyo y paciencia contribuyeron silenciosamente al logro de la investidura que hoy orgulloso ostento.
Este mes, de manera especial, derivado del bicentenario de nuestra especialidad, hago llegar un saludo a todos los hombres y mujeres que orgullosos pertenecemos a una de las especialidades más antiguas y tradicionales de la institución, y los insto a enfrentar de manera profesional los nuevos desafíos y trabajar constantemente en búsqueda de la eficiencia, eficacia, probidad y transparencia, objeto cumplir orgullosamente con nuestro compromiso de estar siempre presentes