Suboficial Mayor José Vicente Faúndez Domínguez
“El profesionalismo, disciplina y la sana camaradería son fundamentales”
A 35 años de haber entrado a la Institución, el SOM José Faúndez Domínguez, Condestable de la Cuarta Zona Naval, es el segundo más antiguo en el escalafón de Gente de Mar.
Con el recuerdo de mi madre que falleció cuando tenía cinco años, con el apoyo incondicional y los consejos de mi padre, me embarqué en busca de mi primer transbordo desde Lirquén, mi pueblo natal, a la isla Quiriquina. Corría un 12 de febrero de 1985, cuando con sólo 15 años dejé mi hogar para partir a la Escuela de Grumetes “Alejando Navarrete Cisternas”. Armado de valor y con inquebrantable convicción me propuse no fallar a mi padre y a mis hermanos, seguir este nuevo camino que cambiaría mi vida para siempre: ser marino.
Mi estadía en la Escuela duró un año y medio, para luego cursar afecto a Torpedista Operador de Sonar y posteriormente ser trasbordado a la Base de submarinos, aquí tuve la oportunidad de embarcarme por primera vez en un Submarino. En 1988 fui trasladado al DLH “Latorre”.
En 1989 cursé Torpedista Operador de Sonar en la Escuela de Armamentos de la Armada, para un año más tarde ingresar como Marinero a la Escuela de Submarinos “Almirante Allard”, navegando como especialista en las unidades “O´Brien”, “Hyatt”, “Simpson”, “Thomson” y “Carrera” siendo orgullosamente Condestable de este último.
Así pasé la mayor parte de mi carrera Naval, embarcado en submarinos, recorriendo el país y entrenando constantemente. Durante las casi tres décadas conocí el profesionalismo, espíritu de cuerpo y camaradería de aquellos que están habitualmente sumergidos y que al igual que cualquier marino, darían su vida por el país. Asimismo, tuve la gran oportunidad de transmitir mi experiencia en el Subcentro de Entrenamiento de la Institución, repartición en la que me desempeñé en un comienzo como ayudante y posteriormente como encargado de entrenamiento operacional de los submarinos.
El 2016 y cuando finalizaba mis 31 años de servicio, la Armada de Chile me premia ascendiéndome al grado más alto que puede acceder un Gente de Mar, nombrándome Suboficial Mayor de la Institución, grado que he llevado con orgullo y responsabilidad. He tratado siempre de aportar con mi experiencia, teniendo como una de las bases fundamentales para realizar mi gestión, la cercanía con el personal y el grato ambiente de trabajo.
Durante los primeros dos años tuve la dicha de convertirme en el Condestable Mayor de la Base de Submarinos, cargo que disfruté al máximo por estar totalmente relacionado con la especialidad que me acompañó toda mi carrera. A comienzos de 2018 inicié el que quizás sea el último desafío de mi carrera Naval, ser Condestable de la Cuarta Zona Naval. Estos años los he aprovechado al máximo y he tratado en todo momento mostrarle el camino correcto a aquellos que recién comienzan en la Armada de Chile.
Querido viejo el tiempo te dio la razón: muchas gracias por mostrarme el camino correcto. Gracias a mi madre por cuidarme desde el umbral del paraíso, a mis hermanos por su cariño y a Dios por guiarme durante estos 35 años. Pero quizás nada de esto hubiese sido posible sin el apoyo, comprensión y compañía de mi amada esposa Paulina y mis queridos hijos Bastián y Vicente, gracias por acompañarme, por su paciencia y por soportar mi lejanía en las interminables comisiones en lo que me apasionaba, navegar en submarinos.