Singladura del Almirante - Marzo

Luego del merecido descanso que significaron los períodos de permiso para todos ustedes, y ya con las dotaciones en sus puestos de trabajo, empieza un nuevo año de múltiples actividades e importantes desafíos por la proa. El entrenamiento de las unidades operativas ya comenzó y nuestros alumnos ya se encuentran en sus respectivas salas de clases. Asimismo, todos los procesos institucionales ya se encuentran funcionando al 100% de sus capacidades, con los trasbordos concretados y las justas vacaciones finalizadas, con la energía y ánimo que caracteriza a los marinos.

Quiero hacer una pequeña reflexión, ahora que iniciamos formalmente el año laboral, que tiene que ver con uno de los valores que sustentan a nuestra Institución: la lealtad. Para que se entienda, la lealtad, en primer lugar, debe ser vertical y horizontal y eso quiere decir que debemos ser leales con jefes, subordinados y pares, no entendiendo la lealtad como la obediencia ciega o el apoyo irrestricto a cualquier causa, y me permitiré usar una magnífica definición del general norteamericano Colin Powell: “La lealtad significa darme su opinión honesta, ya sea que piense que me gustará o no”. Ser leal es, ante todo, mantenerse firme en las creencias y principios que nos definen como personas y, en nuestro caso, que definen a nuestra Armada. La lealtad se define también con el respeto y la fidelidad a los compromisos adquiridos, ya sea con la Patria, nuestros compatriotas y con quienes se comparte la Carrera Naval.

El ser leales implica que, en la consecución del fin superior, el cual es el engrandecimiento de la Marina y Chile, debemos agotar nuestros esfuerzos en lograr que las cosas se hagan bien, actuando siempre de manera correcta y, cuando la ocasión lo imponga, hacer presente situaciones que puedan entorpecer ese accionar. En este proceso, la lealtad es fundamental, tanto en la toma de decisiones como en la ejecución de lo dispuesto, ya que genera un ambiente de confianza sólida entre quienes están involucrados.

La lealtad, que tan bien caracteriza a los marinos de Chile, es uno de los valores que sostienen a nuestra Armada, por lo que debemos ser acuciosos y firmes en cumplir con las exigencias que ella implica. Nos debemos a la Marina y a Chile y por eso, debemos seguir por la ruta que nos señalaran todos aquellos que nos antecedieron.

Sigamos avante, ojo avizor, cumpliendo las tareas que la ciudadanía nos exige, para que este año 2019 sea un gran año para todos ustedes, para la Armada y para Chile.

Almirante Julio Leiva Molina
Comandante en Jefe de la Armada