En el Biobío

¿Cuál es el trabajo que realiza el P-295 como avión guía del Ten Tanker?

Los Ten Tanker se forman en nuestra cola y nos siguen. Hacemos primero el procedimiento de “showme”, mostrándoles a los pilotos dónde y cómo tienen que lanzar. Volvemos a verificar los peligros que hay y luego lanzan el agua exactamente donde está el fuego”, explicó el piloto de la unidad que realizó la misma labor en 2017.

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Fue el jueves 7 de febrero que arribó a Chile el primer Ten Tanker para combatir los incendios forestales en la zona centro sur del país. Desde esa fecha, el avión naval P-295 ha tenido un papel fundamental en el trabajo que realizan las dos aeronaves actualmente operando en las regiones del Biobío y Aysén, donde extensas hectáreas ya fueron consumidas.

¿Cómo entender la labor que realiza el P-295 como avión guía? Conversamos con el Capitán de Corbeta Jurgen Hartmann, piloto de la unidad dependiente de la Aviación Naval y que en 2017 cumplió con la misma misión. El oficial comenta que lo principal es el trabajo en conjunto que se realiza con CONAF, quienes “nos dan los puntos de coordenadas, los cuales ingresamos a nuestro sistema de misión, que tiene todas las características del terreno, las ciudades alrededor, las alturas, etc., evaluamos cuál es el mejor lugar para aproximarnos”.

Antes que el Ten Tanker realice sus descargas, el P-295 se aproxima a la zona, donde “con la ayuda de nuestro visor y el lente optrónico podemos evaluar los peligros que hay alrededor, y con el radar lo ploteamos, lo que significa tomar contacto con todas las aeronaves haciendo un control de cada una de ellas para saber dónde están y a qué altura. Después de eso, el TACO (“tactical coordinator officer” u Oficial coordinador táctico) realiza las comunicaciones y las coordinaciones desde tierra con CONAF para acordar en qué área vamos atacar el fuego”, detalla el Capitán Hartmann.

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Luego de todo ese proceso se busca un “inbound”, es decir, un vector de aproximación; tras ello el P-295 realiza una pasada exactamente igual como la haría el Ten Tanker, donde se verifica que es seguro, que no existan personas en tierra, ni carros ni nada en el aire que pueda verse afectado.

Una vez que están los aviones coordinados, el Tanker se forma cerca del P-295, el que le muestra cómo será la pasada. Luego se establece el factor de cobertura que hay que darle al agua, ya que “se puede tirar con factor 1, que es en forma de spray, o factor de cobertura 10, que es similar a un ladrillo de agua”, detalla el piloto de la aeronave naval, para finalmente hacer el paso sobre el punto a apagar. Terminado este proceso el Tanker regresa a su lugar de partida para recargar agua.

Una vez terminada dicha maniobra el avión naval realiza “un reporte de daños, es decir, un análisis de cuánto daño le infringimos al fuego y lo comparamos con lo que nos dice la gente en tierra: si fue eficiente y efectivo el lanzamiento. Después, como viene el otro Tanker que ya se cargó con agua, se pone en nuestra formación y repetimos exactamente lo mismo”, finaliza el Capitán Hartmann.