Singladura del Almirante - Agosto

A fines del mes de julio, la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, realizó un homenaje a la figura del Comandante Arturo Prat, al cumplirse 133 años de su juramento como abogado ante la Corte Suprema, el 31 de julio de 1876. Quisiera referirme a este hecho de particular significado, para poner en perspectiva la capacidad que Prat tuvo, durante su vida, para desarrollar de manera extraordinaria, distintas labores más allá de la de ser Oficial de la Armada.

El día 31 de julio recién pasado, presidido por el Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y rodeado de profesores y, por sobre todo, alumnos, se rindió un homenaje a la figura del marino y abogado Arturo Prat. En las palabras que expresó el Decano, el destacado abogado y académico Pablo Ruiz-Tagle, se destacó justamente la capacidad que tuvo el héroe de ejercer de manera notable ambas profesiones, además de su entrega absoluta al servicio al país, ya no sólo como marino, sino que como abogado y profesor.

Todas estas actuaciones del comandante Prat son, con mayor relevancia en el día de hoy, un paradigma para quienes vestimos su mismo uniforme. El simple hecho que actores externos, que lo reconocen desde dimensiones más allá de la Marina, lo celebren y resalten sus condiciones, dejan en claro que lo del comandante de la Esmeralda no es un hecho casual ni que obedeciera a impulsos del momento. La acción de Prat en ese 21 de mayo, es la consecuencia natural de una vida de entrega a la Patria desde todas las perspectivas. Como marino, abogado, profesor, padre, esposo y amigo, Prat demostró las características de un ser integral, completo, de profundos valores, con el íntimo convencimiento que los límites no existían y que las adversidades son para vencerlas. Supo encontrar en cada dificultad una oportunidad y ante cada problema, una solución certera y precisa.

Todo lo anterior nos muestra a cabalidad al Prat héroe, no producto de las circunstancias de una guerra, sino como resultado de una vida llena de acciones decididas, que lo encauzaron a buscar la única salida posible ante una prueba de esa naturaleza: el sacrificio.

Esas acciones, consecuentes con un actuar correcto, noble, decidido y honesto, son las que nos deben guiar siempre. No es una casualidad que el máximo héroe que tiene nuestro país sea marino. Por ello, tenemos una obligación de mantener esa tradición, impuesta por valores que van más allá de lo común.

Quiero aprovechar de saludar a todas las familias, en este mes que celebramos el Día del Niño. Recuerden que los niños son nuestro futuro y debemos protegerlos, formarlos y finalmente, permitirles un desarrollo adecuado y armónico. Vaya para ellos, nuestros niños, un especial saludo.

 Almirante Julio Leiva

Comandante en Jefe de la Armada de Chile