Desafío Antártica
LSDH 91 “Sargento Aldea” cumplió con éxito su primera campaña en el continente blanco
Una dotación de 206 marinos, más de 100 personas en comisión, 32 contenedores, 6 bases antárticas abastecidas y 30 días navegando, fueron los números redondos del Buque Multipropósito que logró con creces su misión de apoyo logístico y estratégico en la zona más austral del mundo.
El viernes 22 de noviembre de 2019 el himno “Gloria y victoria” de la Armada de Chile entonaba un hito histórico para la bitácora del LSDH “Sargento Aldea”, pues, por primera vez, recalaba en territorio antártico para cumplir la importante misión de realizar las actividades de transporte estratégico logístico, apoyo a la investigación científica y tareas del ámbito marítimo.
Tras haber zarpado el 11 de noviembre desde Talcahuano, la Unidad Naval se disponía a una aventura que pocos tendrán el honor y el orgullo de contar, al ser parte de la primera Campaña Antártica del imponente buque multipropósito chileno.
El “Aldea” fue traspasado a la Armada de Chile en el puerto de Toulon un 22 de diciembre de 2011, arribando en Valparaíso, su primer puerto base, el 10 de marzo de 2012. Desde entonces, ha realizado funciones de apoyo humanitario, social, y a su vez, ha participado en importantes ejercicios internacionales como el Partnership of America y “Solidaridad”, ambos llevados a cabo en 2014. No obstante, tiene por función el transporte de fuerzas de Infantería de Marina en operaciones de proyección y el apoyo humanitario, prestando servicios como buque sanitario y de transporte de personal y carga en tiempos de paz.
Para ésta, su primera Campaña Antártica, su Comandante fue el Capitán de Navío Roberto Fonseca, quien lideró esta etapa inicial de la COMANTAR 2019 en donde también participaron el AP “Aquiles”, OPV “Marinero Fuentealba” y el ATF “Lautaro”. El buque, que zarpó el 19 de noviembre desde Punta Arenas, llevó a bordo una dotación de 206 marinos, a los cuales se sumaron en comisión el Jefe de la División de Coordinaciones Antárticas del Estado Mayor General de la Armada, Capitán de Navío Lars Christiansen; el Teniente 1° SD Cristóbal López y el meteorólogo de la Armada Ismael Escobar. De igual forma, fueron a bordo 12 Comandos de Fuerzas Especiales de Infantería de Marina, 67 efectivos del Ejército de Chile, 39 de la Armada de Ecuador, 26 personas del Instituto Antártico Chileno (INACH) y 2 científicos de la Base Antártica Uruguaya “Artigas”.
Primer gloria y victoria
Tras cruzar exitosamente el Canal Magdalena, Canal Unión, Paso Drake y el Estrecho Nelson, el LSDH “Sargento Aldea” logró llegar sin novedades el viernes 22 de noviembre a las 10:30 horas a Bahía Fildes, entonando el himno “Gloria y Victoria” en cada rincón del buque para anunciar su histórico arribo luego de navegar aproximadamente 500 millas desde Punta Arenas. “Es un sentimiento de mucho orgullo y de compromiso que tenemos con el buque hacia la Marina y especialmente a los operadores nacionales e internacionales de poder cumplir la primera fase: poder llegar al territorio Antártico, y así estar en condiciones de iniciar una tarea que es muy importante tanto a nivel nacional como internacional”, fueron las palabras del Comandante del LSDH “Sargento Aldea”, Roberto Fonseca, al recalar y avistar por primera vez la Bahía Fildes.
Pero los sentimientos que afloraban a flor de piel en cada uno de los tripulantes del Buque Multipropósito tuvieron que ser dominados por la vocación y la labor encomendada, puesto que las condiciones del tiempo varían de un momento a otro en el territorio antártico, y se debía aprovechar cada minuto de buena mar para desarrollar las faenas de descarga. Fue así, que tras una hora de llegar a la bahía, las primeras skúas y zodiacs transportaban el material y personal para abastecer la base austral número uno del itinerario del “Sargento Aldea”.
Recibidos por el Gobernador Marítimo de la Antártica Chilena, Capitán de Fragata Litoral Alejandro Valenzuela, la ardua jornada de trabajo que comprendió el inicio de las faenas de descarga en el Continente Blanco terminó a altas horas de la madrugada, en un trabajo mancomunado que consistió en el desembarco de combustible para las aeronaves de la Fuerza Área y el Instituto Antártico Chileno, como también de descarga de vehículos, motos para la nieve y víveres a granel que venían en contenedores.
De esta forma, el Gobernador Marítimo de la Antártica Chilena señalaría que “para nosotros es tremendamente relevante debido a las capacidades que tiene el Buque ‘Sargento Aldea’ y por la manera en que se ha ejecutado el procedimiento y la toma de decisiones. Esto ha permitido en conjunto con el resto de las bases que residen aquí en Fildes coordinarnos adecuadamente para ejecutar las faenas de descarga”.
Apoyo científico y la investigación
En esta primera Campaña Antártica el LSDH “Sargento Aldea” efectuó más de una tarea, dentro de ellas, las de apoyo científico e investigaciones referidas al medio ambiente, donde la Armada de Ecuador y el Instituto Antártico Uruguayo (IAU), dependiente del Ministerio de Defensa de Uruguay, fueron parte de la tripulación a bordo y arribaron a la Bahía Fildes para comenzar un nuevo proyecto.
En este marco, la delegación de la Armada de Ecuador, compuesta por una dotación de 21 Infantes de Marina, llegó hasta la Antártica para poner a punto la Estación Científica “Pedro Vicente Maldonado” y dar el correspondiente apoyo logístico a los científicos que vienen en dos grupos (diciembre y enero) a desarrollar distintos proyectos de investigación en la Isla Greenwich. El Jefe de la Expedición, Capitán de Corbeta IM Juan Francisco Espinoza, expresó al llegar a la península antártica que “la navegación fue muy tranquila y las comodidades en el buque muy adecuadas. Con la Armada de Chile tenemos lazos de amistad desde hace mucho tiempo y en este caso recibimos el apoyo del transporte logístico para lo que es el personal y también los materiales que necesitaremos allá”.
El proyecto inicial en esta campaña del IAU, que se realiza entre diciembre y abril, es capturar muestras de monitoreo de colonias de pingüinos como indicadores de cambio en el ecosistema de la Antártica, todo enmarcado en el esquema de la Convención de Recursos Marinos Vivos de la Antártica, entidad que gestiona las pesca en el océano austral. Sin embargo, gracias a la Armada de Chile, el equipo compuesto por dos investigadores pudo comenzar con anterioridad el programa.
Álvaro Soutullo, Director de Coordinación Científica y Gestión Ambiental del IAU, indicó que “el apoyo logístico que nos brinda la Armada de Chile es fundamental, ya que nos da la posibilidad de poder sostener nuestra base, reintegrar a los investigadores y también saber qué otros programas antárticos se pueden auxiliar. Que pudiéramos ingresar a la Antártica antes del comienzo de nuestra campaña es un componente muy importante del monitoreo y estamos agradecidos”.
Esperar que el viento amaine
Luego de recalar la mañana del 22de noviembre a Bahía Fildes, el LSDH “Sargento Aldea” dispuso zarpar la noche del sábado 23 hacia Bahía Chile tras un análisis meteorológico que vislumbraba fuertes vientos hacia la zona donde se encontraba fondeada la unidad naval. La decisión, además, adelantó la planificación de desembarco de la dotación de la Brigada de Reparaciones en la Base Prat y de la Armada de Ecuador en la Base Maldonado. Esto, después de completar cerca de un 80% de las faenas de descarga en la zona, en dos arduas jornadas que desplegó a toda la dotación de la unidad.
El Buque Multipropósito navegó por el Estrecho Bransfield, Isla Decepción y el Estrecho Inglés durante la noche del sábado, arribando finalmente alrededor de las 14:00 horas del día domingo 24 a la bahía. Vientos noreste norte con intensidades de 20 hasta 35 nudos imposibilitarían realizar labores de cualquier tipo, incluso fondear en la zona, lo que obligaría al Comandante Fonseca a tomar la determinación de poner rumbo alrededor de la Isla Decepción mientras las condiciones de mal tiempo perduraran en las cercanías de la Base Arturo Prat.
El frente persistió cuatro días y tres noches. Sin embargo, al finalizar, la postal de Bahía Chile y su naturaleza sabia concederían el más duradero recuerdo para la tripulación de la unidad naval y la buena mar para desarrollar todas las labores en la zona, sobre todo, en la Base Arturo Prat, donde la dotación 2020 completaba su primera semana bajo el mando del Comandante de la Base, Capitán de Corbeta Oficial de Mar Ricardo Sepúlveda.
El buque multipropósito transportaba los contenedores con la carga planificada por la dotación 2020, la cual comprendía materiales de trabajo para la Brigada de Reparaciones y víveres para persistir durante todo el año. A su vez, realizó una trascendental labor junto al Instituto Antártico Chileno (INACH) en la primera etapa de reconstitución de la Base Risopatrón, refugio científico que permite de manera estacional albergar un máximo de diez personas, contando con víveres y combustibles, pero sin comunicación satelital.
Para ello, la unidad naval transportó contenedores a bordo para ser desembarcados en la zona, los cuales reemplazarán a los que permanecían abandonados hace casi cuatro años, permitiendo una remodelación general y generando habitabilidad. Conjuntamente, el buque trasladó a la comitiva que subsistirá desde diciembre a marzo compuesta por 7 personas, entre ellos soldadores calificados, albañiles, operadores de máquinas, carpinteros y un arquitecto.
El Arquitecto de Infraestructura INACH, Felipe De La Lastra, indicó que “el ‘Sargento Aldea’ fue fundamental para poder transportar los contenedores, herramientas de trabajo y maquinaria especializada, además de aportarnos sus skúas para poder demorarnos menos tiempo en el traslado. También nuestra estancia dentro del buque resultó muy buena y estamos muy satisfechos con la misión y el aporte a la INACH en el territorio antártico”.
Después de haber permanecido una semana en labores de apertura de Bases Operadoras nacionales e internacionales, el LSDH ‘Sargento Aldea’ zarpó con destino a Rada Covadonga donde se encuentra la Base O’Higgins, perteneciente al Ejército de Chile, para hacer entregas de acopio logístico a la dotación que permanecerá en la zona durante todo el 2020.
Al sur de la carta de navegación
Pese a haber tenido que sortear los constantes cambios de condiciones climáticas que afectaron la planificación y los tiempos estimados de faenas, para la dotación del buque no significó una baja de la moral ni tampoco de voluntad, trabajando en ventanas donde existía buen tiempo y recalando por esa misma razón a las afueras de la Base O’Higgins el sábado 30 de noviembre.
En el itinerario del buque multipropósito, el sector de Rada Covadonga es el punto más austral de su primera Campaña Antártica, como también el destino con mayores faenas a desarrollar, lo que marcó un hito histórico para la unidad naval. Así lo expresó su Comandante, quien detalló que “es la faena más grande y más compleja, porque en este sector del territorio antártico existe una mayor cantidad de témpanos que dificultan la navegación y las tareas de desembarco. Esto es histórico”.
No obstante, y contra todo pronóstico, las faenas en la Base Antártica del Ejército demoraron menos tiempo del estimado, debido al inagotable esfuerzo de los maniobras y oficiales de guardia que aprovecharon cada ventana de buen tiempo para trabajar, sin importar la hora o el frío. Fue así, que en conjunto con el ATF “Lautaro”, el trabajo mancomunado para las faenas de entrega de combustible a la base y el desconsolidado de algunos contenedores, especialmente de víveres y material de construcción, se completaron en cuatro días.
Final sin retorno
Una vez finalizadas las faenas en la Base O’Higgins, el “Sargento Aldea” regresó a Bahía Chile y su última jornada en la zona tuvo un ritmo maratónico que estuvo llena de actividades para la dotación del buque multipropósito, completando las faenas de descargas de contenedores en la Base Risopatrón por la mañana y la Base Maldonado por la noche. Asimismo, durante la tarde se aprovechó el buen tiempo para desarrollar vuelos de reconocimiento en el área en los dos helicópteros Bolkow que estaban en comisión, a cargo de los pilotos de la Aviación Naval Teniente 1° Cristián Bate y Teniente 2° Santiago Jaman.
El Comandante del “Sargento Aldea” fue enfático en destacar que “después de dos semanas que hemos estado en el territorio antártico quisimos despedirnos de todas aquellas personas y organizaciones de Bahía Chile para desearles el mayor de los éxitos en las distintas tareas que están emprendiendo, tanto para el apoyo de la ciencia como para la soberanía de sus países”.
Sería entonces el momento de regresar al punto de partida, Bahía Fildes, lugar que daría término a la Comisión Antártica con las labores de carga de basura de los operadores antárticos y de descarga de víveres para las estaciones chilenas, con el objetivo de emprender rumbo el día lunes 9 de diciembre con destino a Punta Arenas.
Fue allí, que el Jefe de la División de Coordinaciones Antárticas del Estado Mayor General de la Armada de Chile, Capitán de Navío Lars Christiansen, quien tenía la responsabilidad de recibir todos los requerimientos de los operadores nacionales e internacionales que requieren el apoyo de Chile, por medio de la Institución, además de presenciar las capacidades de la Unidad
Naval en su primer viaje al Continente Blanco, tendría sólo palabras de elogio para el LSDH “Sargento Aldea”.
“El buque fue preparado adecuadamente para bajar a la Antártica. Se tomaron las precauciones especialmente en lo que refiere a maquinarias y sistemas auxiliares, para que no se vieran afectados por el frío, y eso permitió que todo funcionara a la perfección. Hicimos distintas faenas en todas las bases que nos fueron requeridas y realmente cumplió con un amplio margen lo que se le demandó. Este buque posee una capacidad y versatilidad que ninguna otra unidad de la Institución tiene, por la cantidad de contenedores que puede albergar y por ser capaz de estar en forma simultánea moviendo cargas con dos skúas y estar operando dos helicópteros. A todo eso, tenemos que sumarle su gran habitabilidad. Esta experiencia en el ‘Sargento Aldea’ fue muy gratificante para mí”, señaló.
Con la misión cumplida y dejando en alto el nombre de la Armada de Chile, la Unidad Naval se disponía a tomar rumbo de regreso a Punta Arenas. No obstante, aquel lunes 9 de diciembre, a las 20 horas, el LSDH “Sargento Aldea” recibió un mensaje del mando operativo de la Tercera Zona Naval para informar que había un caso SAR (Search And Rescue) en proceso, relacionado inicialmente con la pérdida de comunicaciones que había sufrido el avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de Chile en su tránsito desde Punta Arenas a Bahía Fildes.
Desde momento, se tomaron las primeras medidas para que el buque multipropósito, que se encontraba en el Estrecho Nelson, se dirigiera al probable lugar de caída establecido a través de un punto referencial. Asumiendo posteriormente a las 21:30 horas como Comandante Local de Escena en el área, la Unidad Naval lideró la responsabilidad de las operaciones de los distintos medios de superficie y aéreos en la zona, con el objetivo de rebusca entre la latitud 69 y la longitud 64.