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Gobernación Marítima de Coquimbo
Guardianes de los intereses marítimos y la seguridad de la vida humana en el mar
Coquimbo, Puerto Pirata, más de alguno recordará con cariño las múltiples recaladas a este puerto de aguas tranquilas, que desde el siglo XVIII cobija a nuestra Escuadra Nacional durante sus pausas operativas y sus despliegues de entrenamiento. No en vano el puerto de Coquimbo, de orígenes prehispánicos, fue habitado por Changos y Diaguitas, quienes haciendo uso de sus bondades, practicaban la pesca en su protegida bahía.
El 30 de agosto de 1948, con la promulgación de la Ley que fijaba el Territorio Marítimo de la República, se crean las primeras 11 Gobernaciones Marítimas, dentro de las cuales figuraba Coquimbo y, desde entonces, se extiende la ya centenaria tradición de resguardar el borde costero, las actividades marítimas y por supuesto la economía regional siempre ligada al mundo marítimo.
Si bien el desembarco de piratas y corsarios que otrora azotara a la población constituye un hecho histórico, las acciones de la Autoridad Marítima local siguen resguardando el quehacer marítimo portuario, junto con velar por salvaguardar la vida humana en el mar. Es así como a principios del año 2019, en un esfuerzo por aumentar la seguridad de la recalada a puerto, se inauguró en conjunto con la Ilustre Municipalidad de Coquimbo el faro más alto de Latinoamérica.
El citado monumento tiene una altura de 93 metros, por lo que superó al Faro Argentino “Recalada a Bahía Blanca”, anterior faro más alto de Latinoamérica. El nuevo fanal tiene un alcance de 20 millas náuticas, lo cual constituye una ayuda a la navegación, ya que guiará a todos los navegantes que ingresen a puerto.
Resulta relevante hacer especial énfasis en la utilidad que tendrá el faro, puesto que se ubica al tope del cerro El Vigía, custodiando la entrada al puerto de Coquimbo, donde existen no solo tres terminales portuarios que reciben múltiples naves mercantes sino que además la citada zona reviste una especial importancia para el desarrollo pesquero de la región. El nuevo Faro “Monumento Cruz del Tercer Milenio” representa no solo un hito para la ciudad de Coquimbo, sino también un avance en seguridad para toda la comunidad marítima.
Este nuevo faro será incluido en la publicación británica “Admiralty List of Lights and Fog Signal” y en la Lista de Faros de la Armada de Chile, lo que pondrá el nombre de Coquimbo una vez más en el mapa mundial y en la memoria colectiva de nuestro país.
Rescates
Sin duda uno de los hechos que grafican la importancia del entrenamiento realizado durante el presente año fue el rescate de Verónica Blanco en la bahía de Pichidangui, el cual fue coordinado por el MRSC Coquimbo y ejecutado por los medios aéreos, terrestres y a flote, para finalmente tener un desenlace exitoso, capturando la atención nacional, pero por sobre todo, salvando una vida humana.
Dotaciones entrenadas, trabajo conjunto y equipos con altas capacidades, fueron las claves para que la operación fuera exitosa.
“Como Gobernación Marítima de Coquimbo somos los garantes de salvaguardar la vida humana en el mar, y es por dicha razón que nuestros mayores esfuerzos durante el presente año se han enfocado en reforzar la seguridad. Gracias a eso fuimos capaces de coordinar y dirigir el exitoso rescate de Verónica Blanco en Pichidangui”, señaló el Gobernador Marítimo de Coquimbo, Capitán de Fragata LT Javier Cáceres.
De cara al sol
El martes 2 de julio un exitoso operativo de seguridad en la región con motivo del Eclipse Solar Total 2019. En la instancia participaron 125 marinos para resguardar a las 72.600 personas que asistieron a presenciar este evento natural en el borde costero.
Desde las 20:00 horas del viernes 28 de junio se desplegaron medios y personal a lo largo de la jurisdicción, destacando 19 patrullas con más de 70 servidores navales en los principales puntos neurálgicos de la región, desde Punta de Choros hasta Los Vilos.
La jornada no estuvo exenta de contratiempos, ya que en medio de la operación Eclipse 2019, la LSG-1616 “Coquimbo” debió acudir a un llamado de emergencia de la lancha a motor “Fernando Segundo”, con 8 tripulantes que se encontraba a 20 millas náuticas de la costa con vías de agua. Lo anterior ponía en riesgo la estabilidad y flotabilidad de la embarcación y por tanto la seguridad de la dotación. La Unidad marítima, ajustando su máximo andar, logró asistir a la nave siniestrada, reparando su falla y controlando las vías de agua para, finalmente, escoltarla a puerto seguro.