El 20 de enero desde Punta Arenas, el buque zarpó rumbo al continente blanco, donde el paso de Drake como no es común, se comportó de forma medianamente tranquila, entregando un inesperado inicio de viaje para la dotación del buque, más los 295 pasajeros, de los cuales 73 eran científicos patrocinados por el Instituto Antártico Chileno (INACH).

El Comandante del Buque, Capitán de Fragata Edgardo Acevedo, comentó la importancia de esta unidad. "Nosotros tenemos un privilegio, el de poder unir a Chile; con orgullo decimos que el Aquiles es un buque puente, recorremos desde Arica, literalmente hasta la Antártica y recorremos todos los mares australes, los canales del sur, el Chile insular, llegamos hasta Juan Fernández e Isla de Pascua, teniendo la suerte de poder llevarle a Chile a los chilenos".

Una de las principales tareas que se realizaron durante los días de navegación fue materializar la segunda fase de la Campaña Antártica (COMANTAR) 2016-2017, con el objetivo de apoyar el quehacer de INACH. Para el Subdirector del Instituto, Edgardo Vega, "este año, como en otros, la relación con la Armada de Chile ha sido fundamental; puesto que con dos de sus buques y en realidad con otras plataformas marítimas, nosotros estamos desplegando a los científicos que deben venir a la Antártica para hacer parte de su trabajo, permitiendo moverlos en toda la zona norte de la península, logrando en los últimos años incrementar no sólo el programa antártico nacional, trayendo cada vez más chilenos a hacer ciencia en la Antártica, sino también ofrecer cooperación internacional a otros países".

Mientras que la Coordinadora Científica de la Expedición Antártica Marítima de la INACH, Pamela Santibáñez, destacó que "sin la Armada, no podríamos lograr ninguno o muy pocos de los objetivos que tenemos, la Institución es la que nos facilita llegar a lugares a los que no tendríamos acceso de otra forma".

Dotaciones extranjeras
Este viaje contó en sus primeros días con dotaciones de las Armadas de Ecuador y Perú, quienes iban a sus bases de verano, las cuales debían abrir y preparar para realizar las diversas actividades científicas y de presencia en la Antártica. La Armada ecuatoriana, se trasladó con 32 personas, entre marinos y científicos, de los cuales 6 son mujeres que estarán hasta inicios de marzo en su Base "Pedro Vicente Maldonado". Mientras que la dotación peruana llegó con 36 personas, entre civiles y militares, a reparar su base "Machu Picchu".

El Jefe de la 21º Expedición Antártica, Capitán de Navío del Estado Mayor de Ecuador, Carlos Breilh, comentó respecto al apoyo que reciben de nuestra Institución: "Con la Armada chilena tenemos un lazo de unión y hermandad desde hace mucho tiempo, prácticamente nos sentimos en casa. Tenemos muchas cosas en común como las tradiciones. Ellos nos apoyan con todo el apoyo logístico de trasladarnos, así como también con cualquier emergencia y necesidad que tengamos, a través de la Base "Arturo Prat" dada la cercanía física. Todos los años que la expedición ecuatoriana ha venido, siempre no han atendido con los brazos abiertos".

Retiro de basura del Continente Antártico
Otra de las labores que realizó el AP -41 "Aquiles", fue el retiro de basura desde las diversas bases que visitaron, pertenecientes a China, Corea y España. Esta última ubicada en Isla Decepción desde donde el 2015 que el "Aquiles" no ingresaba a este paradisíaco lugar que guarda una de las grandes historias navales como es "la ventana del chileno".

En el retiro de la basura quien se destaca es la SKUA, que es básicamente "un transportador de contenedores y carga pesada, que permite trasladar incluso maquinaria pesada, el brazo extensor del buque que permite extender la grúa y nuestros botes goma, que lo operan los infantes de marina", explicó el Sargento 1º Carlos Concha, el contramaestre del Aquiles, encargado de las maniobras.

Apoyo a kayakistas
El "Aquiles" parecía tener vida propia y en cada persona que se trasladó en el buque tenía algo que contar. Este fue el caso de Cristian, Exequiel y Roger, tres hombres; dos chilenos y un español, que en la primera semana de navegación llamaron la atención; eran kayakistas que decidieron unir las principales Islas del Sur de la Antártica, en una aventura denominada "Expedición Integración Antártica".

El jefe de la expedición, Cristian Donoso, explicó el viaje, el cual "consistió en una travesía en kayak, la primera a nivel mundial por las Islas Shetland del Sur. Nuestro propósito fue integrar distintas islas de este archipiélago; la principal la que está en el centro, realizando un registro fotográfico y audiovisual de su flora y fauna y de la historia de la presencia humana en sus distintas islas". Por su parte, el español Roger Rovira, sólo tuvo agradecimiento al personal de la Armada de Chile, "en general el nivel de profesionalismo de quienes van en el buque es sorprendente, en todas sus funciones".

Por su parte, Exequiel Lira, el más joven de los aventureros, al regresar al buque comentó que "fueron 11 días de navegación donde unimos las principales Islas de Shetland, que son Livingston, Greenwich, Robert, Nelson y Rey Jorge, cruzando los canales del sector que era lo más complejo y que por primera vez se realizaba, ya que con anterioridad sólo se había realizado una circunvalación por la Isla Nelson, pero nosotros logramos unir toda esta área".

El gran aliado de esta travesía, previo a que se desembarcaran en Base "Arturo Prat", donde se inició la aventura, fue el Teniente 2º Luis Romero, Subjefe del Servicio Meteorológico de la Armada y que viajó a apoyar la COMANTAR 2016-2017, entregándoles informes diarios para planificar su travesía.

En total, fueron 44 días desde que zarparon de Valparaíso hasta que retornaron a su puerto base, donde además de todas las maniobras de apoyo que se realizaron, pasajeros civiles y personal naval compartieron y pudieron conocer de forma directa la vida y el día a día de los hombres y mujeres de la institución, una dotación donde no sólo estaban los miembros del "Aquiles", sino que de distintas reparticiones y zonas navales que entregaron sus experiencias y años de servicio, permitiendo que el viaje fuese más ameno y fácil de llevar, entregándoles a quienes vivieron en el buque por casi un mes, una experiencia para no olvidar y sobre todo, mostrarles que los marinos son personas iguales que ellos con la diferencia que visten un uniforme con el cual se han ganado el respeto de la comunidad.

La COMANTAR 2016 – 2017 finaliza en abril, cuando retorne el Rompehielos "Óscar Viel" del continente Antártico, hacia donde zarpó a buscar y trasladar a dotaciones extranjeras que cierran sus bases durante la temporada de invierno, mostrando como siempre que nuestra Institución no descansa, y no sólo está para servir a la patria y a los chilenos, sino que a todos quienes requieran de su logística y unidades.