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Capitán de Puerto del Lago General Carrera
Suboficial Mayor Claudio Meza Chávez
En un principio todo parecía incierto, mi juventud solo quería explorar alternativas que me permitiesen salir adelante, logrando ser alguien en la vida y cuando ya faltaba un año para egresar de mi enseñanza media, nace la oportunidad de postular a la Armada. La iniciativa llega por intermedio de un compañero de curso, quien tras reiterados intentos efectuados y por su baja estatura, jamás pudo ingresar.
Siendo oriundo de la comuna de Puente Alto, no me fue difícil efectuar los trámites de postulación, todo fue muy expedito; claro si, que a mi madre no le conté hasta cuando debió firmar la autorización para el proceso de ingreso. Aún recuerdo su rostro lleno de emoción y que con algunos reparos me dijo: “Si eso es lo que tú quieres..., bueno, así será”.
Ya en el proceso de instrucción de la Escuela de Grumetes, la situación no fue fácil, la distancia de la familia era mi peor aliada. Sin embargo, paulatinamente fui conociendo nuevos amigos y con el apoyo de los instructores, el camino fue más fácil. A todos y cada uno de ellos les recuerdo con mucho afecto. Fue en esta etapa cuando conocí a quien es hoy mi fiel compañera; con Susana nos conocimos durante mi primer año en Talcahuano, por lo que me ha acompañado toda mi vida naval. De ella y nuestros hijos, les relataré más adelante.
El empeño por hacer todo como corresponde, manteniendo un fiel apego a las exigencias de la Institución, sabiendo que por aquellos años mi decisión de ingreso a la Armada, había sido la mejor alternativa entre pocas opciones que para ese periodo había para los jóvenes. Los buenos resultados me permitieron llegar a iniciarme en el área de Operaciones, eligiendo la especialidad de Señalero, siendo destinado a la Comandancia en Jefe de la Armada en Santiago. Luego de cursar la especialidad, fui transbordado al Petrolero AO-52 “Almirante Montt”, con el cual logré conocer varios países y recorrer Chile de quilla a perilla. Posteriormente, fui destinado a experimentar los últimos años de servicio del Buque Madre de Submarinos, BMS “Angamos”. Fue en esa oportunidad, que siendo dotación de la Insignia en la Fuerza de Submarinos, “vi la luz”, cambiándome al escalafón de Litoral, para experimentar un pasar lleno de gratos momentos y muchas responsabilidades.
Mi familia, compuesta por mi esposa Susana, mis dos hijos Madeleyne y Claudio Nicolás, a contar de ese cambio, fueron mis más fieles compañeros de ruta, trasladándonos juntos en todas las nuevas destinaciones, recorriendo nuestro país de extremo a extremo.
El diario vivir institucional, fue paso a paso forjándome el temple; vinieron periodos de aislamiento en faros de la zona austral. Uno a uno, los transbordos entre Arica y Punta Arenas; muchos cargos que asumí, entre ellos como Capitán de Puerto en Pichilemu por un breve periodo y de Tongoy por dos años. Ya con la distinción de haber ascendido al grado de Suboficial Mayor fui designado Condestable Mayor en la Gobernación Marítima de Iquique y ahora en los últimos tres años en la Institución, como Capitán de Puerto del Lago General Carrera, ya finalizando orgullosamente con 35 años de carrera naval.
De todas las unidades y reparticiones, me permito rescatar el capital humano, la tradición naval y la oportunidad de haber servido a mi Patria e Institución en distintos lugares del país.
Finalmente y como precedente, dedico estas líneas a las nuevas generaciones, permitiéndome señalarles que la perseverancia, las ganas de hacer las cosas bien y a la primera, cuidando lo que es de todos, fueron principios que impulsaron mi gran afecto y respeto por esta hermosa Institución, agradeciendo a Dios por esta vida, a mi querida esposa, a mis hijos y ahora que hay nietas y nietos, también para ellos mi profundo amor, dejando al final y como despedida, el recuerdo y cariño para mi querida madre, quien hace pocos días nos tomó la delantera, para reunirse con mi padre en el más profundo de los sueños.