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Con el arribo del LSDH “Sargento Aldea” finalizó la participación de Chile en Haití
El buque multipropósito LSDH-91 “Sargento Aldea” de la Armada de Chile arribó el 15 de julio a Valparaíso con los últimos 56 efectivos que se encontraban participando en la operación de paz de Naciones Unidas en Haití, además de 629 toneladas de carga correspondiente al material empleado en la misión más grande que finaliza nuestro país en el extranjero.
7 meses fue el tiempo que permaneció el último contingente nacional en la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití, conocida como MINUSTAH. El equipo, compuesto por efectivos del Ejército, la Armada y Fuerza Aérea, que dieron vida al Batallón Chile y al Grupo de Helicópteros, tuvo la tarea de continuar materializando las operaciones para contribuir al establecimiento de la seguridad en el país más pobre de América Latina, además de ejecutar el proceso de repliegue del personal y del material utilizado.
La presencia de Chile en operaciones de paz se inició en 1936, fecha en que nuestro país se convirtió en uno de los primeros en proporcionar observadores militares para monitorear el cese del fuego de la Guerra del Chaco. Sesenta y ocho años más tarde, la decisión de sumarse a la fuerza multinacional de pacificación de Haití, marcó un hito debido al esfuerzo en desplegar durante trece años a 12.395 efectivos, y más de 1.500 toneladas de medios materiales.
En cuanto a los beneficios que trajo para las Fuerzas Armadas haber sido parte de este proceso, el Comandante del Batallón Chile, Teniente Coronel Sebastián López, señaló “esta misión proporcionó la instancia de poner a prueba las capacidades adquiridas por las instituciones durante sus entrenamientos normales -conformados por situaciones ficticias- en un escenario real y adverso como fue Haití. Al haber sido una unidad conjunta combinada, vale decir, que posee personal de diversos países e instituciones, permitió conocer las capacidades de otros países versus las propias, quedando demostrado ante las autoridades de la Misión, el buen nivel, compromiso y trabajo de los efectivos chilenos”.
Para la Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas y Jefa de la MINUSTAH, Sandra Honoré, “el contingente chileno se convirtió en un importante elemento para el componente militar de esta Misión, considerando que estuvo presente desde un principio en el esfuerzo de Naciones Unidas para pacificar Haití después de los disturbios de 2003 y 2004. Es así como en los debates iniciales sobre la creación de la MINUSTAH, Chile se ofreció para apoyar a una nación hermana de América Latina y El Caribe, un gran gesto por parte del Gobierno de Chile”.
El regreso del “Sargento Aldea”
Esta es la segunda vez que el “Sargento Aldea” colabora en la MINUSTAH, luego que durante su travesía desde Francia a Chile, cuando fue adquirido por el Gobierno, realizara un apoyo embarcando vehículos militares y pertrechos desde Puerto Príncipe, capital de Haití.
Aparte de los 56 efectivos que debió replegar al país, el “Aldea” asumió la labor de repatriar 91 vehículos militares y 16 contenedores que trajeron el armamento, los sistemas de telecomunicaciones, mobiliario médico y el vestuario utilizado por las Fuerzas Armadas.
En Cabo Haitiano se encontraba el 90% de la carga, y dado que esta ciudad no contaba con la infraestructura portuaria adecuada para recibir al Sargento Aldea, las barcazas “Canave” y “Fuentes”, que lleva a bordo para el traslado de las fuerzas de Infantería de Marina en operaciones anfibias, asumieron las funciones de plataformas transportadoras.
Ello significó que ambas barcazas ejecutaran más de 15 viajes en un tiempo de 40 horas seguidas para continuar el plan, que consistió en dirigirse hacia Puerto Príncipe para embarcar el 10 por ciento restante.
Para el Comandante del buque multipropósito, Capitán de Navío Alberto Osorio, “ser parte de un proceso tan importante como fue establecer la seguridad en Haití, simboliza para este buque poner a disposición sus capacidades de transporte anfibio y logístico, en servicio de la comunidad internacional”.
El “Aldea”, no ha sido el único buque en contribuir en este fin. Durante 2004 y 2006 la Barcaza “Valdivia” -dada de baja en 2011- transportó en ambos periplos un total de 103 vehículos.
La presencia canina
Como además del transporte, la Armada asumió el papel de embarcador, fue necesario desarrollar ciertos procedimientos para poder ingresar la carga al país, según las normativas del Servicio Nacional de Aduanas de Chile y del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).
Es por ello que se contempló la participación de dos ejemplares caninos de la Armada, “Risko” y “África”, quienes junto a sus guías viajaron desde Valparaíso a Haití para inspeccionar la carga que transportó la unidad, convirtiéndose para ellos en su primera comisión del servicio al extranjero. Ambos perros cumplen funciones de apoyo a la Autoridad Marítima, debido a sus capacidades de detección de drogas y de ataque.
La dotación
Asumir la tarea de regresar a la patria a los 56 efectivos y las 629 toneladas de recursos materiales, demandó para el “Sargento Aldea” navegar un total de 7.277 millas náuticas (13.477 kilómetros) en un tiempo de 35 días, junto a su dotación compuesta por 239 hombres y mujeres. A continuación, la experiencia de algunos de ellos.
Capitán de Fragata Jaime Jara, Segundo Comandante: “Llevar a cabo una navegación de 35 días exige en mi calidad de Segundo Comandante, velar por el estado y la condición de las personas que le damos vida a nuestro buque, intentando apoyar y motivar en situaciones tan exigentes como éstas”.
Teniente 2° Alfonso Bañados, Piloto: “Esta comisión significó para mí un gran orgullo, debido a que es la primera vez que como piloto de una unidad me toca navegar el Canal de Panamá, lo que sin duda representa un tremendo desafío. Si bien el Canal posee un amplio sistema de señalización, se convierte en una maniobra compleja navegar por los tramos más angostos, entre los cuales se encuentra el denominado Corte Culebra, con 100 metros de ancho, además de la reducida distancia a pasar de los buques de vuelta encontrada”.
Teniente 2° IM Sergio Pino, Comandante de la Unidad de Tarea: “Junto a cuatro operadores del Comando de Fuerzas Especiales tuvimos la posibilidad de embarcamos en el Sargento Aldea para realizar reconocimientos hidrográficos en Cabo Haitiano, con la finalidad de encontrar áreas donde las barcazas pudiesen varar de forma segura. Esta labor, ejecutada por los buzos, determinó que las características del sector donde se hizo el embarco del material, permitían sólo la varada de la barcaza Fuentes, la más pequeña que lleva a bordo el “Aldea”, lo que agilizó el proceso de carga, al hacerlo de manera directa y sin la ayuda de grúas”.
Suboficial Jorge Alarcón, Contramaestre y director de radier: “Hace trece años, siendo Sargento 2°, recién ascendido de la barcaza Valdivia, tuve la posibilidad de ir a dejar al primer contingente nacional que participó en Haití. En la reciente comisión que cumplimos en Cabo Haitiano, donde me tocó dirigir la ejecución de las distintas maniobras, además de ser parte de un capítulo importante en la historia de la Armada por su contribución al cierre de la MINUSTAH, tuve la alegría y el privilegio de ser notificado con el pase para ascenso a Suboficial Mayor”.
Suboficial Gerardo Soto, Jefe de Cocina: “Organizar este trabajo tiene un gran desafío, debido a que las ocho personas que componen este equipo, además de cumplir una función tan gratificante como es entregar bienestar a la dotación a través de la comida, hace un esfuerzo adicional participando en otros puestos que demanda la unidad. Antes del zarpe, fue necesario realizar una proyección sobre la minuta diaria de alimentación, considerando factores como el tiempo de navegación, las colaciones que debe recibir el personal de guardia, y la asignación de recursos”.
Sargento 2° Marcelo Troncoso, Patrón de la Barcaza “Fuentes”: “Hace seis años que conformo la dotación de este buque y en febrero del 2012, cuando la unidad se dirigía desde Francia a Chile, al momento de ser adquirida por nuestro país, tuve la posibilidad de participar el primer apoyo que el “Aldea” brindó a la misión de paz de la ONU Haití, embarcando a través de las barcazas vehículos militares y pertrechos desde Puerto Príncipe, capital haitiana”.
Cabo 1° Jorge Campos, Integrante de la Partida de Acción Inmediata: “En el buque soy el responsable de acudir a las emergencias de a bordo, tanto incendios como inundaciones, las cuales son apoyadas por las partidas de control de averías que se encuentran en los diversos sectores del buque. Llevamos el control de la emergencia estableciendo las acciones iniciales. Además me desempeño como Jefe de la Cámara de Cabos y Marineros, lugar donde tuve la posibilidad de compartir muy buenos momentos junto al personal de Ejército, Fuerza Aérea e Infantería de Marina, que repatriamos”.
Marinero 1° Constanza Carvajal, Electricista de servicio: “Para mí esta comisión de servicio será muy recordada, debido a que es la primera vez que salgo al extranjero y que cruzo la línea del Ecuador, acontecimiento que simboliza una de las tradiciones más importantes en la vida de un marino. Además, es la primera vez que me encuentro cubriendo como electricista de servicio, cargo de gran responsabilidad, ya que debo asegurar el poder eléctrico del buque para no perder el gobierno o rumbo durante la navegación”.