Suboficial RN Carpintero Jaime Soto
“Si retrocediera el tiempo, volvería a ser marino”
Con 47 años en la Institución, durante los cuales trabajó con ocho Comandantes en Jefe, el Suboficial RN Jaime Soto, nos cuenta entre maderas cuidadosamente labradas por sus manos, cómo es el trabajo de los carpinteros en la Armada, y en especial el desarrollado por los mueblistas, quienes son los responsables de realizar los hermosos tallados que a diario visten los rincones de nuestras Unidades y Reparticiones, así como los recuerdos entregados por la Armada a autoridades e Instituciones nacionales y extranjeras, como por ejemplo al fallecido Papa Juan Pablo II.
En la Carpintería de la Dirección General del Personal de la Armada, trabaja silenciosamente el Suboficial RN Jaime Soto, quien entre maderas y barnices ha dejado huella con sus creaciones, no tan sólo en nuestras unidades y reparticiones, sino que en lugares tan disímiles como iglesias, el Congreso Nacional, o el Vaticano.
Oriundo de Santiago, Jaime Soto ingresó a la Armada en 1970 gracias a un llamado realizado por el Departamento de Bienestar Santiago. Gracias a la calidad de su trabajo pasó a desempeñarse en la Comandancia en Jefe en Santiago hasta 1990, desde donde se trasladó a Valparaíso. "Desde pequeño me interesó la carpintería y la creación de figuras y muebles, por eso ingresé a la Institución en 1972 directamente como carpintero", comenta.
En la Armada no hay más de 70 carpinteros, de los cuales 14 son mueblistas como el Suboficial Soto, quien es además Carpintero de Rivera, vale decir, crea pequeñas embarcaciones de madera a escala y además produce muebles tallados con finos detalles navales, así como los objetos náuticos que nuestra Institución regala a distintas autoridades nacionales y extranjeras.
A pesar de algunas complicaciones de salud, el Suboficial Soto sigue trabajando rodeado de maderas, barnices y adhesivos en lo que él califica como su pasión: "Para mí es un orgullo saber que es tan valorado lo que realizan mis manos, y poder contribuir a prestigiar a la Institución en otros lugares del mundo", dice.
Con 47 años de matrimonio y 5 hijos, Jaime Soto se emociona al hablar de su señora Norma, a quien agradece el constante apoyo entregado, "Norma es mi pilar, sin su cariño y comprensión no habría podido desarrollar mi trabajo con tranquilidad. Ella se preocupó del hogar y de nuestros hijos cuando yo no pude por motivos del servicio".
Reflexionando sobre sus 45 años en la Institución, en los cuales se ha desplazado a lo largo del país, dejando una hermosa herencia de figuras y muebles delicadamente elaborados, el Suboficial Soto señala que a pesar de no haber podido alcanzar el grado de Suboficial Mayor, agradece a la Armada por la confianza depositada en sus manos y por la posibilidad de desarrollar su trabajo y explotar su creatividad sin limitaciones, agregando que si pudiera retroceder el tiempo, "volvería a ingresar a la Armada...'Volvería a ser Marino'".