Lo primero al iniciar estas palabras, quiero agradecer a Dios por permitirme desarrollar una carrera exitosa en nuestra querida Institución; lo segundo, agradecer mis padres quienes siempre me apoyaron en mi decisión de ingresar a la Escuela de Grumetes, y muy especialmente a quien fue mi primer instructor, el Sargento 2º Nazario Gómez (Q.E.P.D.).

Llegué desde el Puerto de Caldera al Molo 500 en Talcahuano, el domingo 14 de febrero de 1982, fecha que jamás se olvidara ya que comenzaba a vivir mi sueño deseado desde niño. Siempre tuve en mi mente poder integrar las filas de esta gloriosa Institución, lo cual estaba consiguiendo con mucho sacrificio. El visitar diferentes buques de la Escuadra Nacional que recalaban en el puerto de Caldera, fueron creando un cariño especial por la Armada, convirtiéndose en la actualidad en una pasión.

Durante mis 34 años en la Institución, estuve en diferentes reparticiones y Unidades de la Escuadra Nacional, y cada una de ellas tiene un recuerdo especial, por su gente, por su organización, por su mística y por sus logros.

Son 17 años de embarco, de los cuales dos tuve el honor de servir como Condestable Mayor. Los buques son cada vez más complejos y tecnificados, exigen mayor conocimiento, dedicación y responsabilidad. Aquí es donde se demuestra la vocación de marino, la cual no se improvisa ni es consecuencia del azar, se nace con ella. El servicio a bordo es la razón de ser marino y de la Armada de Chile.

La familia es y será siempre un pilar fundamental en nuestra carrera, las metas propuestas y los desafíos que con el transcurso del tiempo son mayores, no podríamos logrando sin su apoyo, le debemos un gran porcentaje de lo que logramos en nuestra Institución. Aprovecho esta oportunidad para agradecer a quienes estuvieron y están a mi lado, brindando ese apoyo tan necesario. Gracias Alejandra, Daniela, Fernanda, Claudia, Beatriz y Matías.

Para los más jóvenes los insto a querer lo que hacen, a tener una buena predisposición para las cosas del día a día, llevar una vida ordenada y evitar los excesos, la Armada nos entrega valores los cuales debemos incluirlos en nuestra forma de vida. La Institución cada vez nos entrega mayores oportunidades para desarrollar una carrera exitosa, depende de nosotros saber aprovecharlas.

Cada logro tiene un esfuerzo y sacrificio, y el lograrlo una satisfacción enorme. Paso a paso se logran los ascensos hasta llegar al tope de nuestra carrera. Para todos los que están comenzando esta hermosa aventura, los invito a vivirla con la mayor intensidad posible.

Éxito y "Viento a un largo y buena mar"

Enzo Yáñez Encina
Suboficial Mayor
Gobernación Marítima de Aysén