Dirección de Seguridad y Operaciones Marítimas:
Nadadores de Rescate, arriesgando la vida por la de otros
Los Nadadores de Rescate es un grupo selecto de 38 marinos entrenados para salvar vidas tanto en el mar como en ríos y lagos. Se compone de Oficiales y Gente de Mar de todas las especialidades y escalafones quienes pasan a formar parte de una dotación de vuelo para cumplir misiones de SAR. ¿Cómo se forjan en esta disciplina?, ¿Cómo enfrentan el desafío de un rescate en la mar? Es lo que abordaremos en las siguientes líneas.
Los nadadores de rescate requieren de un gran estado físico y un fuerte control mental, que les brinde la confianza y fortaleza para actuar con tranquilidad y sangre fría en los lugares donde haya vidas en peligro.
Después de un riguroso proceso de selección, deben cumplir una primera etapa de tres meses de exigente entrenamiento en nuestro país, para posteriormente continuar con una especialización de tres meses en la Escuela Nacional Superior de Salvamento y Buceo (ENSS), dependiente de la Prefectura Naval Argentina, en Buenos Aires.
Allá ejercitan las primeras semanas en un pozo o "cuba", para adquirir confianza y ambientarse al frío, siguiendo con clases de natación en las aguas del Río de la Plata, debiendo sortear aguas turbias, escombros basura, animales muertos, roedores y reptiles. Finalmente regresan a Chile, culminando la especialización con la etapa de "navalización", en la Escuela de Aviación Naval, donde se efectúan saltos y procedimientos de rescate desde helicópteros navales.
¿Por qué arriesgar la vida?
El Teniente 1° René Berthet, actual Jefe de la Sección de Nadadores de Rescate de la Dirección de Seguridad y Operaciones Marítimas, se refirió a lo que pasa por su mente cada vez que realiza un rescate. "Un Nadador de rescate sabe que hay una vida que depende de su destreza y está en sus manos el éxito de esa misión. Cuando se activa una emergencia, ésta puede terminar en tragedia, es ahí cuando se saca fuerza y va al encuentro de su pasión, la misma que en cualquier momento le puede jugar una mala pasada al arriesgar su vida por la de otros", comenta.
El Cabo 1° L César Flores lleva siete años desempeñándose como Nadador de rescate. Durante el 2011 estuvo destinado en Puerto Montt donde conformó la dotación de vuelo que protagonizó un rescate que fue reconocido a nivel mundial. "El haber salvado siete vidas y recuperar dos cuerpos desde el mar marcó un antes y un después en mi vida personal. En la madrugada del 16 de marzo de 2011, una embarcación que prestaba servicio a los centros de cultivo transportaba un remolque desde Quellón al sur. En medio de un temporal se le cortó dicho remolque, quedando varada en unos roqueríos. En ese complejo escenario se efectuó el rescate de siete personas que estaban arriba de la nave, habiendo además cuatro personas que se encontraban desaparecidas. En las labores de re búsqueda en el área, logramos encontrar con vida y recuperar dos de ellas fallecidas. Más tarde, el último cuerpo fue encontrado por un buque mercante", recuerda el Cabo Flores.
"Sin duda esa misión ha sido la más compleja, debido a las malas condiciones meteorológicas, con olas de cinco a seis metros, vientos con rachas de 100 a 120 kilómetros por hora, colgando de un cable, con el helicóptero sobre la embarcación y con gente que lo único que desea es salir de ahí. En este sentido, fuimos la última esperanza para ellos y gracias a Dios pudimos salir airosos de esa misión", comenta.