El Comandante General del Cuerpo de Infantería de Marina, Contraalmirante IM Pedro Ábrego
En el marco de la celebración de sus 200 años, Revista Vigía tuvo la oportunidad de conocer un poco más de cerca al Cuerpo de Infantería de Marina, fuerza de combate de la Armada que nace junto con ella y que ha estado presente en los grandes hitos y momentos, no sólo de la historia institucional, sino también la nacional.
El Comandante General del Cuerpo de Infantería de Marina, Contraalmirante IM Pedro Ábrego, explicó que “los Soldados del Mar poseemos valores, formas, costumbres, tradiciones, historia y doctrina común, que nos distingue claramente dentro del personal de la Armada, asociándonos a la figura del Guerrero Anfibio que no ceja nunca en el cumplimiento de su misión, no importando el costo o sacrificio que ello signifique. Un ejemplo nítido de lo que digo es la acción del Sargento Aldea en el Combate Naval de Iquique”.
El Cuerpo de Infantería de Marina, que durante el mes de junio celebra su Bicentenario al servicio de las necesidades del país, ha mantenido a lo largo del tiempo sus tradiciones y costumbres, legados que generación tras generación se han mantenido en todos los hombres que orgullosamente lucen su escudo de la Infantería de Marina, conocido como “Anclote” y reglamentado en 1904, por lo que la convierte en la piocha más antigua de la Armada.
Con el lema de los Infantes de Marina “Fortis Atque Fidelis”, es decir, “Fuertes a la vez que Fieles” grabado a fuego, el Almirante Ábrego es claro al señalar que “el sello del Infante de Marina está contenido en nuestro ethos, el cual se genera con tres características concatenadas e interdependientes: la capacidad profesional, orientada a constituirnos como Infantes de Marina expertos en el combate anfibio y terrestre; la aptitud física y mental, pues entendemos que sin una adecuada capacidad física no tendríamos la fuerza ni la resistencia que son necesarias para superar las adversidades y sin fortaleza mental y emocional, no tendríamos resiliencia ni voluntad de vencer; y la fortaleza moral, pues es la base de las otras dos características, sustentada en las virtudes morales que la Armada establece en su Ordenanza, sin las cuales un Infante de Marina no puede estar completo”.
“Disponemos de un grupo de hombres que orientan todo su esfuerzo, voluntad y capacidad en prepararse de la forma más eficiente y auténtica posible para el combate, de tal manera que, como combatientes de élite, adecuadamente organizados, equipados, entrenados y liderados, están en condiciones de responder en forma rápida y eficaz a las diversas contingencias y disposiciones operacionales de la Institución o del país, en cualquier escenario, lugar o clima” enfatizando que “hasta ahora, nunca hemos defraudado la confianza que la Armada ha puesto en nosotros, cuando hay que hacer que las cosas sucedan de la forma en que queremos”, señaló.
200 años resguardando la Patria
La Infantería de Marina de la Armada se formó junto a la Primera Escuadra Nacional. El Libertador General Bernardo O´Higgins, para materializar la organización de una fuerza naval, emitió un Decreto Supremo el 16 de junio de 1818 por el cual se establecía un Mando en Jefe a Flote con claras atribuciones operativas y, entre otras disposiciones, se le subordinaban a éste el “comandante, oficiales y tropa de marina” que integraban las necesarias guarniciones de los buques de guerra, con funciones apropiadas a su rol. Constituye este hecho, lo que se considera el nacimiento oficial de la Infantería de Marina en Chile.
El Decreto Supremo antes mencionado describió sus funciones en los siguientes términos: “esta gente disparará fusiles desde las cofas, manejará el machete en los abordajes y la bayoneta y los cañones en los desembarcos”. Así pasaron a constituirse en complemento indispensable de las dotaciones navales.
Oportunidad única de medirse con otras Marinas
Diferentes reconocimientos internacionales ha recibido nuestra Institución durante el Bicentenario, los cuales vienen a consagrar el profesionalismo y preparación del personal que conforman la Armada de Chile. Uno de estos grandes hitos se vivirán dentro de la vigésima sexta versión de RIMPAC 2018, al recaer la responsabilidad de liderar el Componente Marítimo del Ejercicio al Comodoro Pablo Niemann, siendo de esta manera, por primera vez en la historia, una Marina no anglo parlante la encargada de asumir esta responsabilidad.
Sin embargo, otro importante hito se vivirá entre el 26 de junio y 2 de agosto en las costas de Hawaii, ya que por primera vez los Infantes de Marina desplazarán un pelotón con 36 efectivos pertenecientes al Batallón IM N°21 “Miller”, cuyo objetivo será integrarse a las Fuerzas de Desembarco que componen la Fuerza Combinada.
El Comandante del Batallón, Capitán de Fragata IM José Ignacio Álvarez, explicó que “nosotros como Infantes de Marina nos sentimos muy bien preparados para poder ejecutar este tremendo desafío, pero puntualmente como Comandante de Batallón “Miller” que haya sido nuestra unidad de combate seleccionada evidentemente nos llena de orgullo a todos quienes conforman el Batallón”.
El Subteniente IM Ernesto Iribarne será el Oficial encargado de liderar este grupo que formará parte de las fuerzas de desembarco. “Tener la oportunidad de operar con los Marines ha significado cumplir un intenso proceso de entrenamiento para poseer la capacidad de llevar a cabo las acciones necesarias que involucran el combate terrestre y anfibio en operaciones de guerra y no guerra, el cual nos llena de orgullo”, afirmó.
Por su parte, el Contraalmirante Ábrego enfatizó que “para nosotros es una prueba de fuego medirnos con otras Marinas, identificar el nivel efectivo que hemos alcanzado en base a nuestros entrenamientos”.