Código de Honor de la Armada de Chile

Las máximas para el comportamiento individual y conjunto de nuestro personal

Desde su creación hace 200 años, la Armada de Chile se ha distinguido por contar en sus filas con oficiales y personal de gente de mar con un alto estándar de comportamiento, ética y disciplina; aspectos que no solo han sido evidenciados en actos de arrojo y valentía como los protagonizados por Prat, Condell, Odger y Fuentealba, entre otros tantos héroes navales, sino que en las distintas funciones que día a día desempeñan nuestras dotaciones en beneficio de la Patria.

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Con una singladura colmada de éxitos y logros, la Armada de Chile ha navegado 200 años, período durante el cual ha sorteado exitosamente diversos obstáculos, enfrentando a su vez los nuevos desafíos que imponen los cambios tecnológicos y sociales tanto a nivel nacional como internacional, manteniendo incólume su ethos en virtud de cumplir su misión en tiempos de paz y en preparación permanente para obtener la victoria en el mar, si las circunstancias así lo exigiesen.

Esto solo ha sido posible gracias a la permanente forja de los principios fundamentales de la Armada en su personal de oficiales y gente mar, quienes aprendieron a través del ejemplo sobre la importancia de la lealtad, patriotismo, honor y disciplina, pilares de nuestra Institución que están tallados de forma indeleble en los corazones de nuestras dotaciones y que, sumado a las virtudes cardinales, fortalecen y afianzan el patrón ético de conducta individual y de conjunto de quienes conforman la Armada de Chile.

Como una forma de lograr una mayor sistematización y visibilidad de la base valórica del marino que formamos y que seguiremos formando en el futuro, se ha institucionalizado la definición de los Valores Fundamentales y el Código de Honor de la Armada de Chile.

Este decálogo expresa las máximas para el comportamiento de todo el personal de la Armada; asimismo, orienta y fija la dirección de los actos propios de la profesión naval, sobre los cuales debemos sentir la obligación de rendir cuentas en todo momento, tanto al interior de la Institución como a los distintos actores de la sociedad que han depositado su confianza en nuestro polivalente accionar.

Honrar el Juramento a la Bandera

El Juramento a la Bandera, que tanto oficiales como personal de gente de mar pronuncian con su pecho lleno de orgullo frente a sus superiores y seres queridos, es la consagración de lo que será una vida ligada al servicio a la Patria como parte de las filas de esta Institución bicentenaria, misma que nació en los albores de nuestra República.

Este sencillo pero significativo momento vivido, sin excepción por cada oficial y personal de gente de mar, nos recuerda la necesidad de observar fielmente las premisas detalladas en el código de honor en todo momento y bajo toda circunstancia, lo que nos obliga a actuar con rectitud, integridad, coherencia y con el mismo sentido del deber que nos exige honrar nuestro juramento hasta “rendir la vida si fuese necesario”, en pos del bien común, defensa y engrandecimiento de la Patria.