Islote Isabel Riquelme, Bahía Fildes, Cabo Shirreff, penínsulas Coppermine y Byers, y las islas Smith, Low y Doumer fueron los ocho puntos geográficos de la Antártica donde arribó el buque para concretar el traslado o retiro de 76 científicos y personal logístico que operaron en estos sectores para la obtención de muestras.

Para el Comandante del “Aquiles”, Capitán de Fragata Gonzalo Rodríguez, la Armada de Chile tiene el privilegio de contribuir cada año al conocimiento científico gracias a las capacidades de sus buques y a la experiencia de sus dotaciones, que se remontan a 1947, cuando la Institución cumple su primera comisión a la Antártica.

“La gran capacidad para llevar carga y albergar a investigadores, la disponibilidad de helicópteros para el acercamiento a puntos de muestreo de difícil acceso marítimo y la presencia de buzos de salvataje para resguardar la seguridad de los científicos, son las principales características del Aquiles para desplegar esta importante labor”, destacó el Comandante Rodríguez.

Uno de los proyectos realizados, fue el Joaquín Bastías, Geólogo y candidato a Doctor en la Universidad de Ginebra (Suiza), quien pretende obtener la edad y temperatura de las rocas con la misión de descifrar el origen del continente helado. 

Señala que su trabajo se sitúa en un paradigma no resuelto por la comunidad científica en lo referente al estado en que se encontraba el continente sudamericano y la Península Antártica. “Sabemos que los continentes estuvieron unidos, pero se desconoce con precisión si estaban conectados al oeste, este o  sur de la Patagonia, como también de dónde viene la Península Antártica como bloque continental. Pero nuestro interés no es solo aportar al conocimiento paleogeográficos (rama que estudia la disposición de los continentes), sino además establecer la forma en que los procesos tectónicos influyen en la diversificación de las especies, es decir, en la teoría evolutiva”, expresó.

Reforzando la dotación: Una tarea de todos

Capitán de Fragata Gonzalo Rodríguez

Cumplir esta misión, demandó reforzar la dotación permanente en un 52%, con el objetivo de generar un mayor grado de autonomía, debido a la lejanía con puertos para el abastecimiento del buque y a las extremas condiciones meteorológicas. Panaderos, meteorólogos, pilotos y enfermeros, fueron una parte de los profesionales que convivieron a bordo para darle vida al “Aquiles”, durante sus largas travesías por aguas antárticas.

Para el Teniente 1° Carlos Gaete, Meteorólogo del buque, el factor de éxito en cada comisión a la Antártica, está relacionado con las condiciones meteorológicas que afectan a las operaciones, lo que limita el tiempo de trabajo efectivo para concluir las tareas. Explicó que “en este lugar el paso frontal es más rápido que en el continente, lo que hace que las condiciones cambien abruptamente en pocos minutos. Podemos experimentar vientos de hasta 70 nudos y olas con una altura de hasta 12 metros en los períodos más intensos”.

Trabajar durante horas en un clima frío, requiere dotar al buque con un equipo médico especializado para atender las diversas emergencias que podrían producirse. La Cabo 2° Ingrid Quezada, Enfermera del “Aquiles”, cuenta que “la enfermedad que más se desarrolla es el resfrío común generado por los cambios de temperatura. Una tarea diaria que debemos  ejecutar es preocuparnos de controlar al personal que trabaja al exterior del buque, atendiéndolos al término de cada faena para constatar que no presenten signos de hipotermia”.

El Sargento 1° Carlos Concha, Contramaestre del “Aquiles”, es el encargado de velar por el desarrollo  de todas las maniobras que se ejecutan en cubierta. Comenta que “la transferencia de carga o de combustible entre buques y remolque son parte de algunas, sin embargo, la más habitual en esta zona, es la carga y descarga de víveres, materiales y combustibles”.

En esta comisión, se embarcaron dos helicópteros navales que se utilizaron para dar apoyo a la señalización marítima, al reabastecimiento de las estaciones y evacuaciones médicas. Uno de  los pilotos que participó en esta expedición fue el Teniente 1° Juan Arriagada, y al respecto señala que “se utilizaron helicópteros Bölkow, que se caracterizan por ser bimotor y que al tener un ski fijo de aterrizaje pueden posarse en cualquier superficie, tanto en nieve, roca o tierra”.

Sargento 1º Rodrigo Muñoz

El pan, uno de los principales sustentos alimenticios en la dieta diaria, también tiene un lugar importante. El Sargento 1° Rodrigo Muñoz, panadero del buque, asegura que en la Antártica se consume algo más de pan que en el resto del territorio. “Aquí el pan acompaña las cuatro comidas: Desayuno,  almuerzo, once y comida, y también es parte de las colaciones que lleva el personal que trabaja en el  exterior de la unidad.

Esto significa hacer cerca de 1.500panes al día, en una jornada que comienza a las cinco y media de la mañana”.