Suboficial Mayor Víctor Araneda
“La Armada entrega herramientas que yo supe aprovechar”
Oriundo de Concepción, el Suboficial Mayor Víctor Araneda ingresó a la Escuela de Grumetes a los 16 años, motivado por un tío que le contó sobre los viajes, estudios y grandes posibilidades que la Armada le entrega a su personal. Fue precisamente este aspecto el que lo motivó a estudiar de forma autodidacta el idioma Inglés, mismo que le permitió estudiar en Estados Unidos durante 1966 y 1967, lugar hasta donde regresó a fines de septiembre para visitar junto a su familia la Base Naval de Great Lake.
Nacido en 1938 en la Región del Bío Bío, el Suboficial Mayor Víctor Araneda postuló a la Escuela de Grumetes, gracias a las recomendaciones de su tío que era dotación del Transporte "Magallanes", el cual fue arrendado por Estados Unidos para transportar azúcar entre Cuba y Nueva York al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Fue precisamente la oportunidad de viajar y conocer el mundo lo que motivó al Suboficial Mayor Araneda a postular a la Escuela de Grumetes "Alejandro Navarrete Cisterna", plantel al que ingresó con 16 años de edad para comenzar lo que sería una larga carrera en la Institución.
Como especialista del Departamento de Armamentos del Destructor "Blanco Encalada" (antiguo Destructor Fletcher), postuló a un curso de Técnico en Control de Fuego realizado por la Armada de Estados Unidos en la Base Naval de "Great Lake". "De forma autodidacta siempre me preocupé de estudiar Inglés, ya sea a través de textos que traducía con diccionarios o al ir a ver películas en Inglés al cine, por eso postulé con toda tranquilidad al curso junto a otros 43 marinos, de los cuales sólo quedamos seleccionados dos por la Misión Naval de Estados Unidos", indica.
"Llegué a la Base Naval de "Great Lake", la más grande de Estados Unidos, con una dotación de 20.000 personas. Ahí realicé mi primer curso y aprovechaba cada instancia para seguir aprendiendo y dejar bien puesto el nombre de la Armada de Chile", comenta.
En 1967 el entonces Cabo Araneda prosiguió sus estudios en la Base Naval de "Bainbrish", pero en compañía de su esposa, con quien se casó por mandato en Chile mientras él terminaba su curso en Great Lake. "En Bainbrish armé mi hogar junto a mi señora, en una casa fuera de la base, lo que nos sirvió para participar de la comunidad local".
Al llegar a Chile y tras una larga y fructífera carrera en la Institución en distintos ámbitos relacionados con los cursos aprendidos en Estados Unidos, el Suboficial Mayor Araneda viajó a fines de septiembre de este año a la Base Naval de "Great Lake", con el fin de celebrar los 50 años de su exitosa estadía académica, así como los 50 años de matrimonio.
"Es un orgullo volver a recorrer sus instalaciones y ver la gran oportunidad que tuve de poder especializarme acá, sobre todo en una época en que no era tan común acceder a este tipo de cursos. Yo sé que puede ser difícil de entender el que uno desee volver a una repartición militar al estar en retiro, pero para mí y mi familia es un orgullo volver al lugar donde se formó nuestra familia, mismo que fue crucial para el futuro de mi señora, mis dos hijos y mis cuatro nietos, a quienes no me canso de transmitir, tal como en su tiempo lo hizo mi tío, sobre la importancia de prepararse y tomar las distintas herramientas que existan, ya que esa será la llave para abrir las puertas del futuro", dice.
Del mismo modo, el Suboficial Mayor Araneda agradece el apoyo que a lo largo de la vida le brindó la Institución y hace un llamado a las nuevas generaciones a buscar las oportunidades que la Institución tiene para su personal: "si es necesario sean autodidactas, como lo fui yo en el estudio del Inglés, pero no dejen pasar el tiempo sin avanzar de forma constante".