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Capellán José Fernando Jarpa
“Dios no ha muerto en la vida de los marinos, Dios sigue presente”
Con una larga trayectoria en la Armada, caracterizada por su compromiso y carisma, el Padre Jarpa hoy se encuentra en la Escuela de Grumetes abocado en la formación valórica y profesional de los Grumetes.
Con 62 años y una vitalidad envidiable, el Padre José Fernando Jarpa se mueve en su bicicleta de un lado a otro por la Escuela de Grumetes “Alejandro Navarrete Cisterna”; con una memoria que cualquier persona desearía, saluda por su nombre a cada una de las personas que se cruza en su camino.
Por el año 1998, él era un sacerdote a cargo de una parroquia en Penco, y tras la muerte del Capellán de la Segunda Zona Naval, la Armada comenzó a pedirle pequeños servicios como visitar a enfermos al Hospital Naval, a celebrar matrimonios, para luego solicitarle que hiciera clases de moral en la Escuela de Grumetes, iniciando así un vínculo que después de 20 años, sigue inquebrantable. “No venir ese año a la Escuela habría sido un pecado. En esa época había más de 2 mil alumnos, y los jóvenes estaban sedientos de conocer; muy interesados por los valores, por la formación moral, por pertenecer a la Institución, por conocer y poner a Dios en su compromiso vocacional”, nos cuenta.
Al año siguiente, lo invitaron a navegar en el Buque Escuela “Esmeralda” en el crucero de instrucción junto con los Guardiamarinas egresados en 1999. Sin embargo, su historia en la “Esmeralda” no queda ahí, al año siguiente nuevamente lo invitan a navegar, y a la vuelta de ese viaje “me sentí muy comprometido con la Armada, y me fui transbordado a Punta Arenas”, comenta.
Luego de muchos años sirviendo en varias reparticiones de la Armada, este año, se cumplió un pequeño anhelo: volver a la Escuela de Grumetes, donde no solo se desempeña como Capellán, sino también como profesor de cátedra de filosofía, ética y moral junto a un grupo de profesores. “Somos tres los profesores y nuestro interés es que los jóvenes puedan aprovechar la filosofía para pensar, reflexionar, preguntarse y para dar argumentos en todo orden de cosa, incluso en lo religioso. Nuestra clase es muy motivadora, es una oportunidad en donde dialogamos mucho con los jóvenes, en donde los conocemos a ellos y sus motivaciones profesionales”, comenta.
En su vida, la Armada ha jugado un rol fundamental en el desarrollo de su espíritu sacerdotal y su labor formativa, lo que le ha permitido estar en contacto con las nuevas generaciones. Fiel reflejo de esto, fueron sus casi 11 años y medio como Capellán en la Escuela Naval, y hoy, en la Escuela de Grumetes, su objetivo es claro: “El desafío de la espiritualidad quería vivirlo con los Grumetes, sentía que las nuevas generaciones estaban muy alejadas de Dios y, por lo mismo, dentro de mis preocupaciones está en que su vocación y su servicio a la Armada lo puedan vivir desde la espiritualidad cristiana, y mi intención era venir a la Escuela para poner a Dios en el corazón de los jóvenes”, comenta.
Del mismo modo, agrega que: “Yo podría decir que Dios no ha muerto en la vida de los marinos, Dios sigue presente. Pese a todos los problemas de la juventud actual, hay interés por Dios, hay una motivación que los ha hecho venir a la Escuela”.
Esta espiritualidad, comenta, se ve reflejada en las diferentes actividades que realizan los Grumetes, sobre todo con el Círculo de Pastoral, en el que participan alrededor de 25 jóvenes: “Reflexionamos sobre valores cristianos a través del ejemplo y realizamos alguna actividad de bien a la comunidad. En este sentido, con los Grumetes los viernes vamos al centro de Talcahuano y compartimos con la gente en situación de calle, a quienes llevamos nuestro café, colaciones que los jóvenes han entregado como ofrenda en el día. Pero más que llevar nuestra colación, lo más importante es entregar cercanía, respeto por las personas, dialogar y compartir con ellos, escuchar su situación y hacerles sentir desde el calor humano de un joven, la caridad y el compartir lo que ellos están viviendo. Yo les digo somos servidores, hemos venido a servir a la Patria y a ésta la comenzamos sirviendo en estas situaciones reales y concretas, que requieren el día de hoy”.