Marina Mercante
199 años aportando al desarrollo del país
El comercio marítimo es el pilar fundamental para el país, ello se comprueba con el hecho de que más del 90% de las transferencias de carga nacional e internacional se sustentan en el comercio vía marítima.
Una mirada al pasado
Alcanzada la tan ansiada independencia de Chile, el Director Supremo, Bernardo O'Higgins dirigió sus esfuerzos a la apertura de los puertos nacionales al comercio internacional y a la promoción de una Marina Mercante que permitiera una inserción de la nueva República en el orden mundial. A la apertura de los puertos se sumaron iniciativas como el fomento a la construcción de astilleros, a la liberación de derechos por la internación de maquinaria, de herramientas destinadas a la construcción naval y a la reducción de impuestos por la exportación de materiales a bordo de naves de armadores nacionales, siendo una visión trascendental para el desarrollo comercial y marítimo de Chile. Prueba de ello fue la asignación de la primera patente de navegación, otorgada el 26 de junio de 1818 a la fragata "Gertrudis de la Fortuna", y la creación bajo su administración de la Compañía Naviera de Calcuta, grupo de inversionistas, quienes al costo de veintidós mil pesos, adquirieron la fragata rebautizada con el nombre de "Carmen" para unir los puertos de Chile con India y China.
Todo este impulso, generó un fuerte impacto en el puerto de Valparaíso el cual incrementó el número de navíos en su bahía dedicados a la actividad comercial internacional. La declaración de Valparaíso como Antepuerto General del Pacífico implicó el fondeo de toda nave sin importar su bandera, generando una zona franca para cargas en tránsito con valor de custodia y almacenaje.
Una mirada al presente
Y lo que fue sólo una visión para O'Higgins, actualmente es una realidad. Hoy 235 naves integran la flota de la Marina Mercante Nacional, con una dotación compuesta por 943 Oficiales y 1.335 tripulantes. Tal como lo había considerado el Padre de la Patria, el comercio marítimo es el pilar fundamental para el país, ello se comprueba con el hecho de que más del 90% de las transferencias de carga nacional e internacional se sustentan en el comercio vía marítima.
A modo de ejemplo, el total de toneladas métricas de exportación, vía marítima, durante el 2016 fue de 61.186.524 y las importaciones en igual periodo alcanzaron las 52.575.218 toneladas métricas.
Otro dato no menor, que da cuenta del crecimiento experimentado, es el cabotaje (transporte de carga y pasajeros entre puertos de un mismo país, navegando relativamente cerca de la costa), ya que en el mismo periodo indicado el total de toneladas métricas transportadas fue de 27.3479.172.
El escenario marítimo, especialmente de los países de la cuenca del Pacífico, está en permanente crecimiento. En este sentido, la Autoridad Marítima mantiene su firme compromiso de garantizar la seguridad de la vida humana en el mar y la preservación del medioambiente acuático.
Ejemplo de esta voluntad, es la ratificación por parte de la Autoridad Marítima de la Declaración Ministerial Conjunta del Memorándum de Entendimiento de Tokio (Asia Pacífico) y París (Europa) sobre el Estado Rector del Puerto que considera, entre otros aspectos, velar por una navegación responsable y sustentable, desarrollar esfuerzos conjuntos para mejorar la seguridad, el cuidado del medio ambiente, las condiciones de trabajo, vida de las tripulaciones y desarrollar acciones interregionales para eliminar buques subestándar (entendidos estos últimos como naves que no cumplan con las exigencias de los convenios internacionales y cuyos certificados de navegabilidad han sido emitidos sin considerar el verdadero estado del buque).
A esta permanente fiscalización de las embarcaciones se suma la continua capacitación que promueve el Centro de Instrucción y Capacitación Marítima (CIMAR), con simuladores que permiten capacitar, entrenar y evaluar las competencias de oficiales y tripulantes, aportando efectivamente a contar con dotaciones altamente capacitadas. Este compromiso permite a la Marina Mercante Nacional contar con personal idóneo y naves en condiciones que puedan responder y satisfacer las actuales y futuras demandas.
La creciente presencia de naves mercantes del tipo PostPanamax, o de mayor envergadura, es otro de los desafíos que implica una necesaria adecuación de los puertos nacionales para su atención y toda la logística que implica la transferencia de cargas de mayores volúmenes.
El compromiso, tanto del sector público como privado, garantiza el adecuado escenario para que la Marina Mercante nacional siga conectando a Chile con el mundo y así, tras 199 años, seguir la senda trazada por O'Higgins, quien confió el destino de la patria en su vocación marítima.