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Singladura del Almirante - Diciembre
Hemos llegado al último mes del año 2018, donde orgullosamente y con justa razón, hemos celebrando nuestro Bicentenario. Somos una Armada como pocas hay en el mundo, que puede celebrar dos siglos sirviendo a la Patria y lo hacemos como la tradición y el estilo naval lo impone: con actos solemnes, sobrios y, por sobre todas las cosas, cargados de un simbolismo que nos hace distintos y especiales.
Pero es un momento adecuado para detenernos por unos minutos y hacer una reflexión sobre el año que ha pasado. Es el instante en que debemos evaluar nuestras acciones, con la perspectiva que da el tiempo y los resultados, y considerar donde hemos fallado y en qué puntos hemos cumplido eficientemente nuestras tareas. Hecho eso, debemos abocarnos en mejorar nuestros aspectos más débiles y potenciar aquellos que nos trajo buenos dividendos.
Ha sido, en general, un muy buen año. Hemos cumplido con las metas trazadas de manera correcta, administrando atinadamente los recursos humanos y materiales para alcanzar los objetivos propuestos de manera eficiente. Hemos alcanzado niveles de reconocimiento por parte de la ciudadanía inéditos y, también de manera eficaz, hemos contribuido de distintas maneras al desarrollo del país y al bienestar de nuestros compatriotas, así como también hemos logrado ambiciosas metas en el ámbito operativo, combinado y conjunto, que han elevado el prestigio de nuestra Institución. Debemos sentirnos orgullosos de ello, porque es el fruto de un trabajo de equipo, del triunfo de la voluntad y la resolución por sobre las dificultades y el desánimo. En los momentos complejos, salió a relucir el temple de los hombres y mujeres que conforman las dotaciones de la Armada y eso, por sobre cualquier otra consideración, es lo que nos identifica y diferencia.
Ahora que se acerca el final del año, los invito también a pasar las fiestas en familia. El servicio naval nos obliga muchas veces a estar alejados de ellas y estas fechas son propicias para los reencuentros y compartir con aquellos que más nos quieren. Disfruten del cariño, de la importancia de estar en familia y con los amigos, apreciando la trascendencia que tiene el nacimiento de Jesús, para que signifique un nuevo comienzo, una nueva oportunidad para hacer las cosas mejor aún que este año recién pasado. Vaya para todos ustedes, su familias y seres queridos, una muy feliz Navidad y un mejor año 2019.