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Barcaza LSM 90 “Elicura”
No existen imposibles
El transporte de tropas anfibias, la conectividad a zonas aisladas y mantener las señalizaciones marítimas operando son parte de las principales labores que realiza esta unidad, que después del Buque Escuela “Esmeralda” es el más antiguo de la Armada de Chile.
Desde el Golfo de Penas hasta el Cabo de Hornos es la jurisdicción de la barcaza “Elicura”, la que durante los últimos 50 años ha realizado importantes labores de conectividad, mantención de señalización marítima y reaprovisionamiento de faros, contribuyendo desde sus inicios al desarrollo económico de la región de Magallanes.
Esto se debe a que durante sus primeros años en servicio a la Armada fue la encargada de realizar los sondajes exploratorios para un proyecto que se desarrolló en la boca oriental del Estrecho de Magallanes con las plataformas petrolíferas.
Además, ha sido un apoyo fundamental en el desarrollo de las localidades de Caleta Tortel, Puerto Edén y Puerto Williams; y a la labor del Cuerpo Militar del Trabajo en Caleta Adriana y Río Bravo, en el área del río Baker, durante la construcción de la Carretera Austral en los años 70’s. Luego, durante la época del 80’s y 90’s, su principal esfuerzo y enfoque estuvo en las tareas de señalización marítima para crear y sostener la red que hasta hoy existe en esa área y que no sólo contribuye a mejorar la conectividad, de forma segura, con la zona extrema sur del país, sino también ofrecer una ruta de comercio marítimo, fundamental para la economía y desarrollo nacional.
El Comandante de la unidad, Capitán de Corbeta Sergio Carter, explicó parte de la labor que actualmente efectúa la barcaza. “Durante la última década se ha implementado el turismo en la zona y el buque ha contribuido en poblar de nuevas señales los canales australes, manteniendo a Chile a la vanguardia en seguridad en la navegación en una zona que es bastante inhóspita y difícil para los navegantes”, comentó.
Dada la jurisdicción que posee la unidad como responsabilidad, sus largas comisiones y las inclemencias del tiempo, el Capitán Carter define la camaradería como un factor fundamental para la ejecución y cumplimiento de las tareas: “la dotación tiene plena conciencia de lo importante que es esta barcaza para la zona, ya que realizamos un amplio espectro de tareas que muchas veces otros buques no pueden realizar: esa característica es lo que le da espíritu y una esencia especial”.
Los paisajes que recorre la unidad, sumados a los 50 años de historias marineras que se encuentran recogidas entre sus fierros, hacen que la dotación sienta una mística diferente y especial. Para el Sargento 1° Guillermo Cruces, quien es el Contramaestre de la “Elicura”, esta destinación ha sido una experiencia única, confesando que “después de 23 años de Marina puedo decir que es la mejor dotación en la que he estado y lo resumo en la palabra ‘familia’”.
El Sargento Cruces es el encargado y responsable de las tareas de maniobras anfibias, transporte de personal y carga, tareas que pueden presentar diferentes complicaciones. “Debido al fuerte viento, frio y nieve las operaciones que realizamos son de alto riesgo, sin embargo y como dice el lema del buque, ‘No Existen Imposibles’”, señaló.
El Condestable de la barcaza, Suboficial Sergio Riquelme, explicó que la alta preparación que posee la dotación les permite poder desarrollar las tareas de forma segura. “Lo más adverso es el clima, ya que tenemos que cumplir con diferentes tareas bajando en bote, reaprovisionando o velando por el funcionamiento de las balizas, en situaciones extremas de tiempo, nieve, hielo y por sobre todo el viento, factores que pueden afectar, pero que gracias al entrenamiento y capacidad de cada miembro de la dotación se ha logrado cumplir a cabalidad estas tareas”, contó.
Actualmente la barcaza es uno de los medios con que cuenta la Armada para efectuar operaciones anfibias y transportar tropas de Infantería de Marina en la zona. Además, contribuye al mantenimiento de la señalización marítima ubicada entre el Faro San Pedro y el Cabo de Hornos.
La unidad recibe su nombre en honor al valiente y legendario Toqui Araucano Elicura, quien luchó contra los españoles por el patrimonio de sus tierras y seres queridos. Elicura, en Mapudungun, significa mármol blanco o de color de leche.