Bicentenario

Doscientos años al servicio de la Patria

La Armada de Chile ha sido la compañera fiel y firme protagonista en las tareas de modernización de un país independiente y soberano.

La Armada de Chile, baluarte de esperanzas, abnegación y sacrificio, se encuentra cumpliendo sus 200 años de existencia a partir de la creación del Centro de Abastecimiento, Cuerpo de Infantería de Marina, fundación de la Escuela Naval “Arturo Prat” y zarpe de la Primera Escuadra Nacional, hechos históricos ocurridos todos en 1818.

Orientada a cumplir con los mandatos constitucionales relacionados con la seguridad de la Nación, su soberanía y trabajos constantes en el progreso, desarrollo y bienestar de la población en todos los ámbitos del quehacer nacional, ha impuesto desde esa fecha un sello indeleble que marcará para siempre el rumbo institucional hasta nuestros días, especialmente ante las emergencias que soporta de continuo, la estructura marítima y terrestre del país.

Identificada con el corazón del pueblo, desde Arica a la Antártica pasando por laberintos y territorios insulares, el personal de la Marina de Guerra de Chile ha cubierto guardia permanente con absoluta responsabilidad su rol consagrado al servicio de la Nación. Ella ha sido en momentos de dramática angustia para la ciudadanía, la que se ha levantado como un monumento en las tareas de rehabilitación, auxilio y apoyo al orden público.

La Armada de Chile ha sido la compañera fiel y firme protagonista en las tareas de modernización de un país independiente y soberano. Ella fue forjadora de la libertad y ha sido colaboradora entusiasta en su crecimiento. No hay un solo hombre que vista el sagrado uniforme de la Marina que no haya permanecido siempre alerta ante la contingencia nacional. La responsabilidad de este mandato recae a todos por igual, sin distinción de grado o jerarquía. El trabajo esforzado, el peligro, la satisfacción del éxito y la pesadumbre del fracaso son compartidos por todos desde Almirante a Grumete y por ello la Institución ha logrado un espíritu de unión y camaradería de excepción. Así fuimos ayer, ahora y siempre, donde la ayuda solidaria del personal naval abarca el más amplio espectro en la demanda de un objetivo sólido y consistente.
Su presencia en las zonas de mayor peligro fue siempre un factor preponderante que llevó a cada región un mensaje de confraternidad y esperanzas a una población angustiada y desesperada que nunca perdió la fe, ante el arribo feliz de buques de la Armada, el amparo llegado desde el aire por unidades de la Aviación Naval y el apoyo terrestre proporcionado por las fuerzas del Cuerpo de Infantería de Marina, sellan un comportamiento histórico que es gloria y tradición. Manuel Chamorro Moreno, Suboficial (R) Armada.
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