"Si eres hijo de un Soldado Infante de Marina, combatiente Anfibio, guerrero y militar, pensarás que tu padre es un hombre estricto, riguroso e inflexible. De muy pequeños conocimos sus uniformes, el de Defensa de Costa y el de Infante de Marina, y los respectivos grados en su carrera militar. Nuestro "viejo padre", quien nunca dejó de pensar en sus hijos y en nuestra adorada madre, quien era la que asumía el rumbo en su ausencia.

En 1946, como cartero de Correos de Chile era todo un personaje en Lebu. Un joven mocete quien caminaba con su bolso a cuesta, portador de historias de amor, crónicas de vida, noticias, muertes, desventuras, sirviendo a toda una ciudad. Soportando fatigosas jornadas llenas de peligros, atravesando ríos, puentes, vientos y mil adversidades, que nunca le impidieron poder llegar con sus misivas. Ahí estaba nuestro padre, responsable, entregando su mercadería llena de sueños, alegrías y tristezas para algunos.

Pero siguiendo los pasos de sus hermanos mayores, dejó el polvoriento puerto de Lebu, donde respiraba el gas grisú y la pobreza de la zona minera, y decidió enrolarse como Defensa de Costa, con la ilusión de ser un servidor de la Patria.

Su niñez transcurrió siempre mirando desde el malecón el profundo azul del mar, su sueño e imaginación habitó siempre ahí. Con profunda tristeza y dolor dejó a sus seres queridos en su tierra natal, y se trasladó en 1947 al puerto de Talcahuano, acuartelándose en el destacamento "Borgoño". Ahí conoció el rigor de la disciplina, la responsabilidad, el espíritu de cuerpo y aprendió que el color caqui, verde oliva, azul y blanco de su uniforme le serían familiares, ya que la mitad de su vida lo acompañarían.

Aprendió que su vida militar estaría marcada por el trabajo, la disciplina y el ejercicio. Hoy, sus hijos, seguimos su ejemplo y estamos orgullosos, porque nos dio una vida fuera de lo normal: ser igual que él y seguir su marcha en esta Institución. Conocimos lo que el hijo de un civil jamás se hubiera imaginado. Fuimos parte de sus triunfos y anhelos, y recordamos los momentos en los que nos exigió como personas, para hacernos seres capaces, sin limitaciones. Aprendimos que aunque la Patria es primero, su esposa, su familia y Dios también lo son. Fue un padre perfecto, puso todo su amor en el intento.¬ Estuvo a nuestro lado y nos guió por el camino correcto, para aprender a ser fuertes. Ofreció su hombro, cuando necesitábamos consuelo. Nuestro "viejo padre" fue un verdadero soldado, nuestro héroe. Los triunfos los tomaba con humildad y sus derrotas como aprendizaje.

El mundo militar para muchos es desconocido ya que significa navegaciones, desembarcos, zafarranchos, patrullajes, guardias, revistas, deberes, obligaciones, uniformes, obsesión con la limpieza, órdenes y obediencia. Fuimos integrantes de la Familia Naval desde niños y pasamos a ser parte de un mundo único y sólo aquellos que lo vivimos lo entienden.

Podríamos hacer un libro de nuestro padre, con el recuerdo de sus innumerables guardias y comisiones. Sin duda, una vida dedicada a la Armada de Chile. Esta fue su entrega indeleble, el Suboficial IM Cipriano Carvajal Fritz, más conocido como el "Chipe" y que ayer y hoy se mantiene ese nombre en sus hijos, como descendientes navales".

El Suboficial Carvajal cumplió 90 años, en medio de la alegría familiar de sus más cercanos sus hijos y familiares:

Suboficial (R) Cipriano Carvajal Bustos (Chipe)
Suboficial IM (R) Reinaldo Carvajal Bustos (Chipe)
Cabo IM (R) Reserva Nelson Carvajal Bustos (Chipe)
Suboficial SERV. SN Gladys Carvajal Bustos (Chipa)
Sandra Carvajal Bustos

Nietos

Cabo 1° Sergio Valdebenito Carvajal
Cabo 1° SERV. SN Sandra Valdebenito Carvajal
Cabo 2° AB Jonathan Carvajal Cortés
Marinero 1° AB Sebastián Carvajal Cortés