En sus 57 años de vigencia, el Tratado Antártico ha sido complementado por una serie de acuerdos, entre los cuales se encuentra la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, CCAMLR, por su sigla en inglés.

Este organismo nace en 1982 debido a la creciente y descontrolada extracción de especies antárticas, principalmente krill; hecho que puede ocasionar daños irreversibles, por ser el principal alimento de la mayoría de los depredadores marinos.

Con la necesidad de regular su conservación, este instrumento estableció 7 zonas de captura en el Océano Austral, cada una de ellas con un límite de 620.000 toneladas para cada temporada de pesca.

La Armada de Chile, tiene la responsabilidad de efectuar el control del tráfico marítimo y fiscalización pesquera en la denominada subárea 48.1., sector que incluye las Islas Shetland del Sur, Estrecho de Bransfield, y Estrecho de Gerlache.

Desde su llegada en el 2015, el OPV-83 "Marinero Fuentealba" ha asumido la labor exclusiva de inspeccionar a los buques pesqueros que operan en la Antártica, estableciéndose anualmente dos operaciones, convirtiéndose en el buque que más fiscalizaciones ha ejecutado.

El Comandante del OPV "Marinero Fuentealba", Capitán de Fragata Jorge Castillo, señaló que en su última misión, efectuada entre el 21 y 30 de abril de este año, "fue fiscalizada a través de interrogación radial una flota pesquera de krill compuesta por 10 naves de Noruega, Corea del Sur, Ucrania y Rusia, mientras que se realizó inspecciones de visita y registro a dos pesqueros de nacionalidad china. El trabajo demandó la participación de un helicóptero y del avión de aeroexploración marítima P-3 Orión de la Armada".

Las fiscalizaciones son llevadas a cabo por los Segundos Comandantes de las unidades, los cuales designados y capacitados por la CCAMLR, están facultados para inspeccionar las capturas, redes y otros aparejos de pesca, así como las actividades de recolección e investigación científica.

Después de meses trabajando en el reaprovisionamiento de los faros australes, mantenimiento a la señalización marítima, patrullaje y vigilancia del mar, el "Marinero Fuentealba" se prepara para su próxima expedición.

Este 9 de diciembre zarpará rumbo a la Antártica para continuar su labor.

Los efectos en la cadena alimenticia
Un reciente estudio realizado por la investigadora chilena Andrea Piñones en la Universidad de Yale, reveló que el krill podría perder drásticamente su hábitat hacia el 2100, debido a los efectos del cambio climático.

Esta conclusión se determinó al combinar simulaciones climáticas con un modelo de crecimiento de krill, observando que "un aumento en la temperatura del agua en profundidad y cambios en el período de formación del hielo marino, podrían reducir su hábitat hasta un 80% en un plazo de 75 años", explicó la científica del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL), de la Universidad Austral.