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104º aniversario de la especialidad de Torpedos
Guerreros de la lucha antisubmarina
Con motivo de un nuevo aniversario de esta silenciosa especialidad, este año el tema central de la celebración fue el uso del Torpedo Whitehead en la Marina.
El 11 de agosto se llevó a cabo la ceremonia de aniversario de la especialidad de Torpedos y Armas Antisubmarinas en dependencias de la Academia Politécnica Naval, la cual fue presidida por el Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Enrique Larrañaga Martin.
En esta ocasión, la Comisión Aniversario a cargo del Capitán de Navío Claudio Montenegro, eligió como tema central para este año "el uso del Torpedo Whitehead en la Marina", sumándose así a la celebración que realiza la ciudad de Rijeka (Grecia), donde se creó hace ya 50 años este "dispositivo diabólico", como llegó a ser conocido.
Para dar un mayor realce, se montó una pequeña exposición de material histórico en el patio principal del Campus Hyatt y el discurso de la ceremonia giró en torno a la historia mundial y nacional de este artilugio.
Como cada año, la organización se encargó de las actividades propias que implica un evento de esta naturaleza y además intentó mostrar antecedentes históricos curiosos o inéditos, tanto del personal como del arma misma, con el objetivo de refrescar la memoria y fomentar la mística y el sentido de pertenencia, principalmente de aquellos que solo lucen un torpedo en sus distintivos, como son los especialistas en armamentos actuales. Siendo ellos, los que en un futuro cercano deberán mantener estas tradiciones.
En ocasiones anteriores se habló del clásico Torpedo de Botalón, esa especie de Pértiga que en el extremo más lejano llevaba una carga explosiva, que se hacía explotar bajo la línea de flotación del objetivo. Llevados en la proa de pequeñas embarcaciones destinadas exclusivamente para este fin, dieron nombre al Balneario de las Torpederas, cuando fuera utilizado como guarida de estas lanchas. También del Torpedo Harvey, que era del tipo remolcado y divergente. Una especie de estanque flotante, donde se almacenaba una carga que explotaba al hacerla impactar con otra nave.
En 1866, la fábrica Luppis-Whitehead Fish Torpedo, creó uno de los primeros torpedos automóviles y la planta industrial donde se ensambló se ubicó en Fiume (actual Rijeka). Desde un comienzo este invento destacó por sus constantes innovaciones. Era un torpedo de carrera recta, capaz de navegar a una profundidad constante gracias "al secreto" de Whitehead.
Argentina, Brasil y Chile fueron pioneros en usarlos en Sudamérica. El incorporar nuestro primer torpedo autopropulsado, produjo grandes cambios en la institución, por su avanzada tecnología, marcando un antes y un después. Sus modernos sistemas de estabilidad, motriz y lanzamiento, generaron requerimientos de marinos con aptitudes y conocimientos mecánicos capaces de operarlos y mantenerlos, lo que obligó a modificar la instrucción y capacitación de los nuevos manipuladores. Su logística en general, desde el transporte de tierra a bordo, su almacenaje y el continuo mantenimiento, generaron necesidades de infraestructura y material.
Pero sin dudas, su empleo durante la Guerra Civil de 1891 para hundir al Blanco Encalada, es la primera acción bélica real y exitosa con torpedos autopropulsados a nivel nacional, sudamericano y quizás mundial. Esa acción modificó el arte de hacer la guerra en el mar desde entonces y es un tema de estudio obligado hasta el día de hoy en todas las Academias e Institutos de Guerra Naval.
Sin embargo, los manuales técnicos y los registros fotográficos de este armamento son contados y escasos. Por este motivo, resultó todo un hallazgo el haber encontrado dos inéditas fotografías en el Museo de Concón.