Feliz Navidad
Un mensaje a la Familia Naval con ocasión de esta Navidad, tiene que ser un mensaje de esperanza.
El mensaje de esperanza se funda en algo muy concreto: la venida de Jesucristo al mundo. Dios vino a este mundo de un modo tan genuino, tan inesperado: se hizo guagüita y vino como vienen todos los seres humanos a este mundo, y vivió las circunstancias de vida que viven todas las personas.
Vino en una familia, eligió un matrimonio de personas jóvenes y pobres, y nos indicó que gran parte de las esperanzas de nosotros, los hombres, empiezan, se mantienen y terminan con la alegría eterna del cielo, a partir de ese núcleo que es la familia acá en este mundo.
Las crisis que todos los seres humanos podemos tener en cualquier etapa de la vida, especialmente hoy en día, individualmente o como sociedad, tienen que ver con los egoísmos que siempre van a estar presentes en la vida de los seres humanos, y fundamentalmente Dios, al venir a este mundo, nos vino a mostrar el amor a través de la generosidad, y esto concretamente significa darse a los demás.
El Papa Francisco dice que lo propio de los cristianos es ser constructores de puentes y no constructores de muros, y el gran pontífice entre Dios y los hombres es Jesucristo.
Con esto, lo que nos quiere decir el Papa Francisco es: no paralizarse frente a los miedos; porque hay temores y tememos ir al encuentro con los demás. Nos produce temor contener a quien sufre, abrazar a quien está solo y dar consuelo al triste. Nos parece no tener las herramientas necesarias y suficientes que puedan ser eficaces y entonces, experimentamos que ofrecemos poco o lo que ofrecemos es muy frágil para los desafíos del mundo de hoy.
El gran signo de Dios, que vino a este mundo y que cambia las cómodas estructuras al entregar su vida, es la generosidad del amor valiente que sí vence cualquier egoísmo y que sale al encuentro de los demás, especialmente de quienes me necesitan. Esto es Navidad.
Para el 2018, los pasos de la esperanza serán mirar al Señor e intentar salir al encuentro de los demás. Luego vendrá como añadidura la valentía del amor centrado en Cristo. Él, que se hace hombre, y cuya sencillez y humildad no tiene en cuenta su condición divina, nos mostrará el camino a seguir y así atrevernos a realizar lo que cada uno cree que hay que hacer.
Navidad, es apostar nuevamente con espíritu positivo, con objetividad y con realismo por el bien y la verdad. Verdad y bien que se identifica con el amor. Amor que es lo que el mundo y cada uno de nosotros necesita. Y Cristo es el amor del Padre que vino a este mundo.
Es posible el amor en lo concreto, en el cotidiano, en la vida personal y en la vida de encuentro con los demás.
Porque donde hay dos o más reunidos en su nombre, ahí está Dios. Él nos une y si nosotros nos acercamos a Dios, con mucha sencillez, sin temor, mirándolo a él, podemos hacer cosas grandes. Podemos ayudar, sostener, consolar a los demás.
Que tengamos una Feliz Navidad y que el Señor nazca y anide en nuestro corazón.
Padre Ricardo Burgos Ffrench – Davis
Jefe del Servicio Religioso de la Armada
En esta fecha tan solemne y de recogimiento para la humanidad, hago llegar un especial Saludo de Navidad a toda la Familia Naval, por medio de esta reflexión. "El Hijo de Dios estuvo entre nosotros hace 2000 años, con todo el poder y todas las características que le iban a habilitar, para ser el gran Salvador que la humanidad había estado esperando.
El Profeta Isaías 9:6., lo anuncia hace 2700 años. Porque un niño nos es nacido, hijo no es dado, y el principado sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
El amor y compasión de Dios para con los hombres, fue la razón para que su hijo haya venido a la tierra. Para conciliar a la humanidad con el creador.
Quienes caminaron a su lado, fueron testigos de su poder milagroso, hacia cosas que nadie podía hacer, recorriendo paso a paso su vida, encontramos la huella de su amor y compasión. Todos los milagros que conocemos, fueron una demostración de misericordia para con el dolor humano.
Cada uno de nosotros formamos parte de la larga lista de sus beneficios, de su bondad y misericordia. Y lo más grandioso es que los efectos de su poder maravilloso no han terminado, porque cada día y tal vez cada minuto, en el mundo hay alguien que está diciendo: Gracias Jesús por ayudarme.
Tanto podría hablar de este niño divino que se hizo hombre, que cambio mi vida y seguramente su vida, al escuchar las dulces melodías de los cánticos y villancicos. Nos evoque, como el mejor y más grande regalo de Dios, para Usted y para MÍ.
Digamos juntos a los ángeles "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad". Que esta expresión de alabanza de los Ángeles, sea una realidad en esta Navidad; roguemos que existan más hombres y mujeres de buena voluntad, para que haya paz en la tierra, en especial en nuestro querido Chile; hombres y mujeres con el corazón de cristianos auténticos, que amen de verdad a su prójimo, a pesar de las diferencias; y el mundo será mejor. Aporte con su grano de voluntad, el Señor recompensara su gesto y con seguridad tendrá el favor y amor de Dios.
Al finalizar ruego e intercedo por Usted y familia, para que el Señor Todopoderoso, en esta noche buena, le conceda su bendición, amor, paz, y perdón, y les anime en la esperanza y ayuda que siempre tendrán de Jesús.
Reverendo Obispo Rene Ojeda Oyarzún
Capellán Nacional Evangélico de la Armada