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Suboficial Mayor Luis Gatica Orrego, Condestable de la Dirección de Programas, Investigación y Desarrollo de la Armada
“Logré cumplir con la misión encomendada”
Debemos mantenernos en la senda del respeto, disciplina, honestidad, lealtad, profesionalismo, etc., por nombrar algunas de las tantas virtudes que caracterizan nuestro valioso estilo naval.
En cada inicio de año, nuestras mentes se ocupan de visualizar los nuevos objetivos, tareas, etc., que nos proponemos y, en mi caso particular, he iniciado una especie de cuenta regresiva para el que será mi último año de servicio. Dicha condición me ha tenido madurando la mejor forma de poder cerrar este ciclo y lograr así dar mi último mejor aliento en beneficio de esta noble institución, de la cual he sido un irrestricto y leal servidor por 34 años, recientemente cumplidos.
Las estadísticas de mi carrera, como lo son los transbordos, cursos, proyectos, etc. y por otro lado el apoyo en perfecta armonía de mi querida familia, son análisis que han estado deambulando en mi consciente, llevándome finalmente a un estado de tranquilidad y grata satisfacción, al concluir que logré cumplir con la misión encomendada, junto a un gran equipo que condujo la Armada en este fugaz pasaje de la historia institucional y, por qué no decirlo, de mi país.
Los escenarios vividos fueron cambiando y conforme avanzaban los años podía observar lo interesante de los desafíos institucionales propuestos: las mejoras en los sistemas educativos de nuestras escuelas matrices, el permanente mejoramiento del entrenamiento a bordo, y la evolución de las estrategias de defensa. A esto hay que sumar también las potencialidades de las nuevas generaciones que nos complementan con nuestro actuar en un mundo que hoy en día ya está interconectado y globalizado, y que junto a otros aspectos evolutivos han hecho que seamos una Armada moderna y con ello muy respetada en la comunidad internacional.
No deja de ser una preocupación los últimos acontecimientos que han estado ocurriendo en el país; afortunadamente, los valores que heredamos y que tenemos firmemente arraigados han permitido que mantengamos una loable participación como institución en las oportunidades que se nos ha requerido. Es por ello que debemos mantenernos en la senda del respeto, disciplina, honestidad, lealtad, profesionalismo, etc., por nombrar algunas de las tantas virtudes que caracterizan nuestro valioso estilo naval.
Hoy, desde la cubierta de mi repartición, veo con mucho orgullo que las cosas se están haciendo bien: La sincronía entre los diferentes controles internos institucionales funciona de forma tal que se han logrado materializar grandes proyectos bajo los estrictos procedimientos establecidos: La investigación y el desarrollo de necesidades es una realidad que vino para quedarse definitivamente, dado que las diversas tareas asignadas a la Armada en las diferentes áreas de misión, demandan potenciar y perfeccionar las capacidades institucionales que mencionaba anteriormente y que junto a la experiencia de nuestro personal, quienes están explotando aptitudes que van más allá de ser operadores y mantenedores, vienen a ratificar de esta manera el que seamos una gran Institución.
Este Suboficial Mayor, con esta simple y breve reflexión, quiere invitarles a que continuemos fortaleciendo este férreo y especial grupo humano que no tiene otra finalidad más que el fiel servicio a la Armada de Chile y nuestra querida Patria.