“Premio Marinero Fuentealba”
Una hazaña que deja huellas
El salvar con vida a ocho personas que se estaban ahogando en un río en las cercanías de Valdivia, es la acción que este año le otorga al Marinero Ronald Muñoz este importante reconocimiento.
A principios de este año, llegó a Santiago el Marinero Ronald Muñoz para recibir el “Premio Marinero Fuentealba”, distinción que entrega de forma consecutiva el Banco Edwards-Citi hace ya siete años, con el objetivo de destacar y reconocer los actos o hechos relevantes realizados por el personal de la Armada en actividades propias de la Institución, y que contribuyen a realzar su imagen.
¿La hazaña? Haber salvado la vida de ocho personas, entre ellos dos niños y un lactante, que se estaban ahogando en un río en las cercanías de Valdivia.
Gallardía Marinera
La tarde del 6 de enero de 2013 se recibió en la Capitanía de Puerto de Valdivia, un llamado que los alertaba de que una familia necesitaba ser remolcada cerca del sector de Isla Huape, península de San Ramón, al norte de Punucapa. De inmediato el Jefe de Guardia, Sargento 2° Claudio Guajardo, junto al Marinero Ronald Muñoz subieron a una de las lanchas de patrullaje marítimo para dirigirse al lugar indicado. Sin embargo, al llegar, se dieron cuenta de que la situación era muy distinta a la informada.
Nueve personas, entre adultos y niños, permanecían en la isla y querían que la Armada los sacara de ahí. Pero la lancha de patrullaje no podía acercarse por los bajos que presentaba el sector y la frondosa vegetación, con maderas y troncos sumergidos. “Nosotros estábamos a la espera de que llegara un bote goma en apoyo, pero la familia decidió subirse a una embarcación con capacidad máxima para cuatro personas. La visibilidad, además, era pésima porque estaba lloviendo, había un fuerte viento y la niebla típica del sector no dejaba ver nada”, comenta Muñoz.
Finalmente, cuando lograron divisar a las personas, ya todas estaban en el agua y el bote hundido. “Sin pensarlo mucho, rápidamente, me saqué la ropa, me puse el chaleco salvavidas y me tiré al agua. Lo primero que vi fue a dos niños y fui por ellos. Los coloqué en mi pecho y empecé a nadar de espaldas”, agrega.
El Marinero Muñoz consiguió volver a la lancha con los niños y entregárselos al Sargento Guajardo, quien ahora debía prestarles los primeros auxilios. “Lo único que me pasaba por la mente era pedirle ayuda a Dios para que me diera fuerzas para sacar a toda la gente. Esa era mi meta”, confiesa.
Una gran fuerza interna
Tras efectuar el rescate, el padre de los niños, aún alterado por lo que estaban viviendo, le ruega al Marinero Muñoz que salve a su guagua de seis meses que todavía está en el agua.
“A esa hora ya no se veía nada, por lo que más difícil era distinguir dónde podía estar la guagua. Pero gracias a Dios la vi, estaba flotando boca abajo. La tomé y no tenía signos vitales, así que empecé a hacerle reanimación hasta que botó algo de leche. Después de eso la levanté con una mano y con la otra comencé a nadar hacia la lancha”, relata emocionado.
De vuelta en la lancha, el encargado de seguir la reanimación del lactante fue el Sargento Guajardo. A esa altura estaban todos a salvo y sólo quedaba esperar que desde Valdivia llegara ayuda porque, lamentablemente, al prender los motores de la lancha, la ropa que estaba flotando alrededor se enredó en ellos. Finalmente, los refuerzos llegaron y la familia fue derivada a los centros de salud.
De Valparaíso a Valdivia
Ronald Muñoz tiene 23 años, nació y creció en Valparaíso, y actualmente tiene el grado de Marinero Tropa Profesional en nuestra Institución. Él es el mayor de tres hermanos y está cumpliendo su segundo año como Asistente de Policía Marítima en la Capitanía de Puerto de Valdivia.
Actualmente, dentro de sus funciones en la repartición naval, está también encargado de la mantención y el buen funcionamiento de los botes de goma, de los motores fuera de borda y los carros de arrastre.
Asegura que el rescate en Valdivia marcó su vida y confiesa que “me fortaleció el carácter, en el sentido de que éste se va formando a través de la madurez adquirida”.
En el ámbito profesional su sorpresa fue grande cuando supo que se le otorgaría el “Premio Marinero Fuentealba”.
Su familia está feliz y orgullosa por su logro. Para él, este premio significa “un pequeño granito de arena” que espera le sirva para poder continuar su carrera dentro de la Armada y postular, más adelante, a ser Oficial de Línea. “Yo pertenezco a la gran Institución que es la Armada y quiero seguir creciendo en ella, trabajando para ella”, puntualiza.
El “Premio Marinero Fuentealba” se creó en honor al Marinero 2º Mario Fuentealba Recabarren, quien en varias oportunidades arriesgó su vida para salvar a otros de morir ahogados, especialmente, en la tragedia de la escampavía “Janequeo” en 1965 donde ofrendó su vida para rescatar a sus camaradas, falleciendo a los 21 años de edad.