Operativos de ayuda humanitaria
OPV “Piloto Pardo” materializa rol social de la Institución en la Segunda Zona Naval
Más allá de cumplir con la estrategia de los tres vectores, parte importante del quehacer de la Armada de Chile es apoyar a los ciudadanos que hacen patria en lugares distantes del continente.
En el marco de las múltiples actividades que la Armada cumple como expresión del Estado de Chile en el mar está el rol de apoyo humanitario a las zonas aisladas, donde sus unidades recalan con personal médico, materiales de construcción, insumos para el abastecimiento, entre otros, y así dar respuesta a las demandas de la población.
Uno de los destinos para cumplir este rol social es el territorio insular de la región del Bío Bío, integrado por la isla Santa María, ubicada a 29 kilómetros al oeste de los puertos de Coronel y Lota; y la isla Mocha en la provincia de Arauco, distante a 108 millas náuticas de Talcahuano, a unas ocho horas de navegación.
Las unidades navales permanentemente han recalado en estos lugares, en especial el Patrullero OPV “Piloto Pardo” trasportando toneladas de carga para sus habitantes.
El Comandante del buque, Capitán de Fragata Sebastián Gutiérrez, señaló que al finalizar el primer período de mantención de la unidad, que “permitió dejar los sistemas en sus estándares de diseño”, retomaron uno de sus principales roles fijando rumbo a la isla Mocha, con el propósito de trasladar 60 toneladas de carga, consistente en mil 200 sacos de forraje que con urgencia necesitaban los isleños para sus animales; como también, llevar tambores con combustible y tubos de gas para abastecer al personal naval que está en el faro Mocha.
COMPROMISO DE LA DOTACIÓN
Como en otras ocasiones, la dotación del “Pardo” tuvo la tarea de estibar y descargar el cargamento, faenas que en su mayor parte se realizaron a pulso dado las condiciones geográficas de la isla.
El Suboficial Walter Durán, Condestable del buque, relató que la dotación tomó como positiva esta comisión que nuevamente involucraba apoyar a la comunidad en un momento complicado. “Todos trabajaron coordinadamente acopiando la carga en el buque y luego en la descarga a los botes de los pescadores del lugar, recibiendo como respuesta el agradecimiento de las personas con las que compartimos”.
La Subteniente LT Carolina Pacheco, también fue parte de esta comisión, detallando lo desafiante que ha sido el 2014, su primer año de embarco. “Ser parte de la dotación de un buque tan grande como éste, que realiza tantas funciones en el ámbito litoral, operativo y apoyo a la comunidad, me ha permitido aprender y trabajar en áreas que estando en tierra no habría conocido”.