Alcaldes de Mar
Los hijos del mar al servicio de sus comunidades
Han crecido mirando el azul del océano y vivido una relación de total dependencia. Hoy, desde su rol, hacen un alto en sus funciones para compartir sus experiencias con Revista Vigía.
De acuerdo a lo estipulado por el Manual de Atribuciones y Deberes del Alcalde de Mar, son el primer eslabón de la Autoridad Marítima en su calidad de Servicio Público Marítimo de Excelencia, pues es parte de sus facultades, cumplir y hacer cumplir las órdenes que reciba del Director General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante, sea ésta impartida directamente o por medio del Capitán de Puerto de quien dependan.
Ellos, los Alcaldes de Mar, tienen por funciones fiscalizar que las embarcaciones menores que naveguen en su jurisdicción estén matriculadas en la respectiva Capitanía de Puerto; vigilar que las dotaciones y los trabajadores de ribera tengan sus matrículas o permisos vigentes, entre otras. Sin lugar a dudas, tan significativa labor requiere de una legitimización de quien la ostenta entre sus pares, para así cumplir de manera segura su tarea.
BERNARDO SANDOVAL, ALCALDE DE MAR CALETA LOS MOLLES
Con 43 años vinculados al mar, Bernardo Sandoval ti ene una gran motivación para representar a la Autoridad Marítima en su localidad. Y es que este cargo, que ha asumido recientemente, fue desarrollado primero por su abuelo, considerado el primer Alcalde de Mar de la caleta y hoy él está reemplazando a su hermano, quien cumplió con esta labor por 32 años.
“Haré valer los requisitos que la Armada exija, pues ellos están velando por nuestra seguridad”, resaltó Sandoval al ser consultado sobre su gestión. Y es que él sabe bien lo valioso que ha resultado para el desarrollo de su rubro el haber trabajado mancomunadamente con la Autoridad Marítima, pues por 12 años cumplió labores como dirigente del Sindicato de Pescadores. Todo este esfuerzo ha redundado en mejoras a su sector y asociados, a quienes desde hoy debe fiscalizar por su seguridad.
Al momento de hacer una evaluación de su relación con la mar, se manifiesta agradecido, pues le ha permitido desarrollarse y mantener a su familia de la cual se siente profundamente orgulloso.
Hoy desde su nueva función expresa con convicción: “quiero hacer la pega bien, ponerme la camiseta de la Armada de Chile, porque también pertenezco a este mar”.
MANUEL MANTEROLA, ALCALDE DE MAR CALETA DE PICHICUY
Con ocho años en funciones de Alcalde de Mar, Manuel Manterola califica su experiencia como una oportunidad que le ha permitido convivir con los pescadores desde su condición de Autoridad Marítima.
Sobre el mayor desafío que le ha correspondido enfrentar, no demora en precisar que ha sido sacar a su caleta de la imprudencia y la falta de seguridad, revirtiendo las malas prácticas y logrando internalizar entre sus pares el cumplimiento de la normativa vigente. “Acá en Pichicuy no hay personas ni embarcaciones que trabajen sin la documentación al día”, dice.
Manterola ha visto la evolución de su sector y de los esfuerzos que ha desarrollado la Autoridad Marítima para garantizar el desarrollo sustentable de su ámbito. En la actualidad, muchos de los pescadores se están dedicando a la recolección del huiro, siendo de carácter secundaria la extracción desde sus áreas de manejo y la pesca.
JUAN IGNACIO BERNAL, ALCALDE DE MAR CALETA SALINAS DE PUYALLI
Salinas de Puyalli es una caleta que sorprende. Su Alcalde de Mar, Juan Ignacio Bernal, se encuentra como todos los días en su oficina cuyo frente es una larga playa de fina arena. Sin embargo, hace unos años había un atracadero con una profundidad cercana a los tres metros donde se amarraban los botes de los pescadores.
Al consultarle las razones del cambio de la geomorfología, este Alcalde de Mar (con cerca de 30 años en esta labor) declara que dos factores se han confabulado: el primero de ellos es la permanente sequía que afecta al río Ligua, el cual desemboca en esta localidad. La disminución de su caudal ha significado que sus aguas no lleguen al mar y con ello la desaparición de una rica biota entre las que destacaban los bancos de machas y que eran el sustento para muchos de los pescadores. El segundo, el maremoto del 27F que movilizó gran cantidad de arena embancado el sector y dando forma a una playa que obliga a los pescadores a trasladar sus embarcaciones por una distancia superior a los 200 metros para llegar a la orilla del mar.
Si bien las condiciones son adversas para los pescadores de la zona, Bernal no pierde la esperanza de que el presente año sea más lluvioso, permitiendo el aumento del caudal del rio Ligua y con ello, la posibilidad que se una nuevamente con el mar, favoreciendo el renacer de la vida marina de esta caleta de la Provincia de Petorca.