La Página del Suboficial Mayor

“Siéntanse orgullosos y garantes de estos legados que han perdurado por años”

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Nací en Valparaíso bajo el seno de una Familia Naval. En 1964 mi familia se radicó en Talcahuano y pasé mis años de infancia en la Base Naval de Talcahuano, por lo que quizás el hecho de haber sido criado en un ambiente netamente Naval me facilitó tomar la decisión de ingresar a Escuela de Grumetes en febrero de 1981, situación de la cual me siento muy orgulloso.

Mi primera destinación fue el BMS “Angamos” como Marinero 1º, permaneciendo en esta Unidad durante dos años. Fue ahí donde decidí abrazar la especialidad de Maniobras. En la escuela “Contramaestre Constantino Micalvi” pude recibir las experiencias de quienes fueron nuestros instructores, viejos lobos de mar y avezados Contramaestres, como fue el Suboficial Mayor Sergio Vargas (Q.E.P.D.) y el Sargento1º Guillermo Narváez.

Una vez finalizado el curso, y siendo Marinero 1º, cumplí transbordo al AO “Araucano”.  En este glorioso cuerpo de hierro pude desempeñarme a plenitud en mi especialidad, finalizando mi estadía como Contramaestre de una guardia. También en esta unidad pude apreciar a plenitud el temple y el coraje del marino chileno cuando, desgraciadamente, nuestro buque sufrió daños en su casco al tocar fondo, situación que nos mantuvo en el área austral por un período de 50 días, efectuando diversas reparaciones de emergencia, pudiendo recalar a Talcahuano con nuestra nave sanos y salvo.

Durante 1991- 1994 fui destinado al Centro Naval de Instrucción de Reclutas y en 1995, en el grado de Cabo 1º, integré la dotación de la DDG “Almirante Williams”, primera Unidad en la que me desempeñé como contramaestre de cargo, siendo apoyado por un selecto grupo de especialistas, de los cuales tengo los más gratos recuerdos.

En 1997 integré el proyecto Jerusalén, con el objeto de incorporar a nuestra lista naval a dos  Misileras tipo Saar. Posteriormente, fui destinado a la LM “Angamos”, unidad donde tuve La oportunidad de ser parte de la primera dotación, y de crear a un personaje que aún se mantiene como tradición en esa Unidad de combate el mítico “Misilón”.

De 2002 a 2004 fui destinado a la Comandancia en Jefe de la Tercera Zona Naval. Ahí vi la importancia que tiene el apoyo logístico tanto para las unidades como para el personal que debe cumplir transbordo, labor que demandó muchos esfuerzos y, por consiguiente,  satisfacciones en el índole profesional y personal.

Luego, el 2005, fui destinado a la Escuela de Grumetes como ayudante del contramaestre y profesor de Marinería y Náutica labor que me llenó de satisfacción, ya que pude entregar mis conocimientos a los más jóvenes.  En 2006 fui seleccionado para integrar el proyecto Puente II donde fui destinado a la FF “Almirante Riveros”. Haber sido miembro de la primera dotación fue una inmensa satisfacción.

El 2009 fui destinado al Centro de Entrenamiento de la Armada como inspector del área de maniobras, donde me di cuenta que cada miembro de la dotación es parte importante de este engranaje humano que mueve y opera la Unidad. El 2012 mi carrera naval se ve coronada con el ascenso a Suboficial Mayor, logro que pude obtener gracias a los valores que me entregaron mis queridos padres, Luis y María, en mis primeros años de vida. 

No puedo dejar de mencionar a mi familia, mi querida esposa Patricia, quien ha sido mi pilar fundamental, brindándome su apoyo en momentos difíciles y por supuesto ejerciendo doble función durante mis ausencias. A mis hijos: Agustín, Patricia y Joaquín que comprendieron las obligaciones y deberes que demanda esta carrera y que siempre me han visto como un ejemplo, tanto así que Agustín decidió seguir mis pasos, ingresando a la Armada y abrazando también la especialidad de Maniobras.

Como Suboficial Mayor me desempeñé como Condestable Mayor en la FF “Almirante Riveros”, donde pude percibir el respeto y cariño de esa magnífica dotación. En la actualidad estoy en la Comandancia en Jefe de la Escuadra como Condestable Mayor, puesto que demanda un gran compromiso, ya que va en beneficio directo del elemento más importante que tienen nuestras unidades de combate: nuestras dotaciones.

Finalmente, no puedo dejar pasar esta oportunidad para decirles, sobre todo a los más jóvenes, que nuestra carrera no está exenta de problemas, pero utilizando las herramientas que la Institución nos entrega podremos seguir cumpliendo nuestras tareas. Siéntanse orgullosos y garantes de estos legados que han perdurado por años.

 

DANIEL BRAVO AGUILERA

SUBOFICIAL MAYOR

CONDESTABLE MAYOR DE LA COMANDANCIA EN JEFE DE LA ESCUADRA