La página del Suboficial Mayor

“El respeto y la lealtad, son virtudes esenciales que nos permite una correcta sincronización dentro de un grupo humano”

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“El respeto y la lealtad, son virtudes esenciales que nos permite una correcta sincronización dentro de un grupo humano”

¡Embarcar!, fue lo que dijo el patrón de un añoso remolcador de nombre “Monreal”. Este buque era el medio que transportaría a un grupo de jóvenes postulantes a Grumete, desde el Molo-500 hacia la Isla Quiriquina, en donde se encuentra la Escuela de Grumetes “Alejandro Navarrete Cisternas”.

Es el primer recuerdo que se viene a mi mente de aquel domingo 10 de febrero de 1980. El día anterior, me despedía de mi familia, de quienes me alejaba por primera vez. Atrás quedaba mi ciudad natal, Valparaíso, para iniciar los primeros pasos en este mundo naval, motivado especialmente por la familia, quienes con mucho orgullo y algunas lágrimas me habían acompañado hasta el bus que me transportaría a Talcahuano.

Ya en la Escuela de Grumetes, conozco los primeros cambios en mi diario vivir, como el corte de pelo, cambio de tenida, la instrucción militar, el baño de mar. Estas nuevas experiencias recibidas por parte de un selecto Cuerpo de Instructores, más la entrega de valores patrios y una férrea disciplina, me permitió adquirir los conocimientos básicos para mi primer transbordo de mi carrera naval, el petrolero “Almirante Montt”.

Después de haber cumplido mis primeras navegaciones y haberme impregnado de las diferentes tareas encomendadas a esta unidad de apoyo logístico para las Unidades de la Escuadra Nacional, regresé a la Isla Quiriquina para cursar en la Escuela “Constantino Micalvi”, la especialidad de Maniobras.

Es en esta ocasión, cuando tengo la oportunidad de conocer a mi esposa, quien me esperó por seis años antes de contraer matrimonio. Habiendo cumplido ya 25 años de casados, debo reconocer y agradecer el apoyo incondicional que ella me ha brindado, sobre todo en los momentos de ausencias, donde ha tenido que cumplir el rol de madre y padre con la gran responsabilidad de entregar la educación y preparación moral de nuestros tres hijos para que sean personas de bien en esta sociedad.

Al término del curso de la especialidad de las anclas cruzadas, fui premiado para efectuar el viaje de instrucción en el B.E.” Esmeralda”, en donde navegué por tres años consecutivos. Las experiencias tanto profesionales como personales obtenidas durante mi estadía en el Bergantín-Goleta, han sido una de las etapas beneficiosas en mi trayectoria en la Armada. En este período, tuve la oportunidad de sacar el máximo de experiencia de viejos lobos de mar en el arte de la maniobra. Es a ellos, nobles Contramaestres, a quienes también debo agradecer por la excelente predisposición de “amantillar” y saber dar un sabio consejo, a su manera, durante los momentos de incertidumbre que uno como joven marinero le toca vivir.

Posteriormente, mis destinaciones fueron el B.M.S “Angamos”, D.D.G “Almirante Williams”, en donde aprendí a vivir el espíritu de camaradería, conocer la entrega y el profesionalismo de las dotaciones de la Fuerza de Submarinos y Escuadra Nacional, respectivamente.

También tuve la oportunidad de desarrollar la actividad de Instructor Militar en la  Escuela de Artesanos Navales, en cuyas aulas se preparaba a jóvenes Grumetes para cumplir las tareas de apoyo a las diferentes Unidades en los Astilleros Navales de la Armada. Hoy, con mucho orgullo, veo a esos ex Grumetes investidos en el grado de flamantes Sargentos.

Otras unidades y reparticiones en las que he sido destinado son el PSG “Micalvi”, donde tuve la oportunidad de vivir navegaciones y maniobras en un ambiente plenamente grato, muchas veces enfrentando las adversidades climatológicas que imperan en el sur de nuestro país. Además, y debo resaltar este transbordo, una de las destinaciones más importantes en mi carrera, es el paso por la Dirección de Ingeniería y Sistemas Navales, porque es ahí donde uno aporta con toda la experiencia obtenida a través de la carrera, para prestar una asesoría correcta y oportuna al mando, objeto se tomen decisiones técnicas, en beneficio de nuestras Unidades y Reparticiones.

Las últimas destinaciones a unidades de la Escuadra han sido la FFG “Almirante Latorre”, donde fui partícipe de la primera dotación que fue a buscar esta unidad al extranjero. Asimismo quiero destacar, la calidad humana y profesional de cada integrante de aquella dotación, desde el Comandante hasta el Marinero recién egresado de curso, sellando con ello la mística que actualmente mantiene esta Unidad.

Como paradoja, mi última destinación a bordo de una unidad, fue el nuevo petrolero “Almirante Montt”, en donde me desempeñé como Condestable Mayor. Actualmente me encuentro destinado en la Escuela Naval “Arturo Prat”, por lo que me siento gratamente complacido porque he tenido la suerte de haber estado transbordado en las tres escuelas matrices de la Armada, formadoras en forma integral  de nuestros Oficiales y Gente de Mar.

A las nuevas generaciones, sólo me resta expresarles que para lograr ser parte de un gran equipo de trabajo, debemos considerar que: “el respeto y la lealtad, son virtudes esenciales que nos permite una correcta sincronización dentro de un grupo humano”. Asimismo, recordarles que para su éxito profesional, deben darse el tiempo de saber escuchar las experiencias de sus mayores, quienes los pueden orientar y ayudar a solucionar sus problemas.

 JUAN RAMÍREZ CORTÉS

SUBOFICIAL MAYOR

CONDESTABLE MAYOR  DE LA ESCUELA NAVAL "ARTURO PRAT"