La página del Suboficial Mayor

“Que tu pasión no supere tu obligación”

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Soy nacido y criado en Concepción. Lo que más recuerdo son mis inicios en esta carrera naval. Primero, el proceso de postulación en donde uno esperaba con ansias la carta de aceptación. En mi caso, no fue en primera instancia; pero la suerte estaba de mi lado, ya que había quedado en lista de espera, permitiendo la llegada de la carta tan anhelada, gracias a la renuncia de un recluta. 
Llegó el día que debía presentarme al Molo 500 con mis pertenencias básicas y una gran montaña de sueños para acuartelarme en la querida Escuela de Grumetes, en donde aprendí y entendí un sinnúmero de valores que me permitieron, desde los inicios, que mi pasión no debe superar mi obligación, ya que siendo tan joven debía dejar de lado tantas cosas que mis pares civiles no sacrificarían, pero de verdad, es la llave del éxito para todos los grandes desafíos en la vida. 
Después de esa gran experiencia, fui transbordado a la “Universidad Balística”, la Escuela de Armamentos de la Armada, donde di mis primeros pasos en la Artillería. Recuerdo mi primera ceremonia del día de la Artillería Naval, en la que fui parte del cañón de desembarco, que fue para mí estar en una película. Estaba tan orgulloso, que era el tema diario con mi familia. 
Luego de haber recibido conocimientos sólidos del área de Artillería, fui transbordado al BE “Esmeralda”, donde tuve la suerte de ir cumpliendo partes de mis sueños en el viaje de instrucción en 1982. En esta travesía adquirí grandes conocimientos de marinería, los cuales me potenciaron para los desafíos que me esperaban.
Recuerdo que siendo grumete fui el Capitán de Alto del palo mesana, una gran responsabilidad; pero afloraba en todo momento esa formación sólida de la vieja escuela y tratando que mi pasión no superase mi obligación, ya que ante todo “debemos ser marinos”.
Posterior al viaje de instrucción, fui transbordado a nuestra Escuadra Nacional, como marinero afecto a Artillero y dotación del Crucero O`Higgins, el cual me acogió y me dio la oportunidad de conocer la vida del marino en un buque de guerra. Él me permitió foguearme en la Artillería, formando parte de la dotación de diferentes calibres a bordo. 
Después de un año, regresé a la “Universidad Balística” a cursar la especialidad de Mecánico Artillero, en la cual fui preparado para ser parte del equipo de los mantenedores del área de Artillería, dándome las herramientas sólidas y necesarias para llegar a cargo de una pieza bélica a bordo.
En medio de esta carrera, también hubo tiempo para el romanticismo naval. Tuve el honor de conocer a mi querida esposa Nelly, con la cual llevamos 25 años de casados y tenemos dos hijas: Leslie y Camila. 
Y por fin, en la Fragata “Lynch” comienzan los desafíos profesionales, en donde estuve cinco años y en la LM Covadonga, estando tres años. En 1995, regresé a la Escuela de Armamentos para efectuar los cursos reglamentarios y donde tuve la responsabilidad de cooperar en la fusión de las bandas de guerra de la Academia Politécnica Naval.
Luego regreso a la Fragata Lynch, teniendo una estadía de cuatro años; para luego regresar a la Escuela de Armamentos, al ser seleccionado para buscar buques al extranjero. Entre esto, tengo el honor de ser de la primera dotación de la Fragata “Almirante Lynch”, ser el primer Suboficial y con esto, sigo completando mis sueños.
Regresé a la Academia Politécnica Naval, siendo dotación de la Facultad de Sistemas de Armas en donde inicié mi postulación al grado de Suboficial Mayor, teniendo la alegría de alcanzarlo y permitir ser el último Suboficial Mayor en las dependencias de la vieja Escuela de Armamentos. 
En 2011 llega la hora de ejercer la función de Condestable Mayor, siendo premiado para formar parte de la Dotación de la Fragata “Cochrane”, donde sentí en todo momento el apoyo incondicional de la dotación e hice grandes amigos, oportunidad que agradezco de corazón.
Finalmente, la Armada me sigue premiando y me asigna un nuevo desafío para el próximo año: ser Condestable Mayor de la Comandancia en Jefe de la Escuadra, el cual he enfrentado como todos los demás, ya que la vieja escuela me dio las herramientas y los valores sólidos para ello. 
Por último, quiero recordar a ustedes “Jóvenes aún, que no olviden que todas cosas pasan por las personas y que su pasión no supere su obligación.” 
Manuel Aedo Zurita
Suboficial Mayor
Condestable Mayor de la Escuadra