Sargento 2° IM Roberto García
“La Institución siempre estará al servicio del país, más aún en una catástrofe”
Su familia perdió su casa en el incendio que afectó a Valparaíso. Sin embargo, él no pudo ir en su ayuda, pues presenció el siniestro mientras zarpaba a bordo del “Sargento Aldea”, rumbo a Iquique, para apoyar a las personas damnificadas por el Terremoto.
Con 20 años de servicio, el Sargento 2° IM Roberto Sánchez ha sido destinado a Iquique, luego al sur, pasando por la Región de Valparaíso, hasta estar hoy como dotación del Batallón de Apoyo Logístico IM N°51 (BATOLAVE).
Es Infante de Marina con especialidad Enfermero, Técnico de apoyo clínico en Banco de Sangre, a su juicio, lo mejor que le ha pasado en su carrera naval, ya que “si bien somos hombres de armas, a la vez trabajamos con personas y es muy bonito poder desempeñar esta labor”, dice.
El sábado 12 de abril zarpó rumbo al norte a bordo del LSDH 91 “Sargento Aldea”, con la misión de ir en ayuda de las personas afectadas por los dos terremotos y tsunami que sacudieron el norte del país.
No obstante, mientras iniciaba la travesía desde el puerto de Valparaíso, veía cómo un incendio comenzaba en los cerros de la ciudad. Hasta ese momento, nada preocupante. Sin embargo, durante la navegación se enteraron que el siniestro se había propagado, alcanzando varias casas, entre ellas, la de sus padres y de su tío.
SU LABOR EN IQUIQUE
Pese a la tristeza que le generaba no poder estar con los suyos, el Sargento García se entregó 100% a sus tareas en el norte: “nuestra misión como Infantes de Marina era prestar servicio a la ciudadanía post terremoto, principalmente en temas de seguridad; pero luego pasamos directamente como especialidad Enfermero a entregar apoyo humanitario en este buque durante el operativo médico”.
Explica que su labor fue “trasladar a los pacientes desde el helicóptero a la sala de recuperación, prestar bienestar a los familiares y en caso de que hubiese una urgencia relacionada con el banco de sangre, colaborar con esa emergencia”.
Asegura que la ayuda que brindó la Armada en la zona del incendio y el apoyo que él recibió por parte de sus camaradas de armas durante la comisión, fueron pilares fundamentales para mantenerse tranquilo y con el espíritu en alto: “yo estaba desarrollando una gran labor y si bien lo de mi familia es grave, tenía calma, ya que sabía que estaban acompañados por personal naval y porque yo también estaba ayudando a otras personas que habían sufrido una catástrofe”.
EL DESPLIEGUE DE LA ARMADA
“Cuando salimos del puerto de Valparaíso el incendio estaba recién comenzando, pero existía una gran preocupación al saber que había gente en este buque que tenía familiares en las cercanías del humo”, recuerda el Sargento García.
Cuenta que sus padres y su tío vivían en el cerro Ramaditas y en un par de segundos perdieron todos sus recuerdos y se quedaron con lo puesto. Las llamas consumieron las viviendas por completo. Con respecto al despliegue que ha tenido la Institución, tanto en el norte del país como en la ciudad puerto, asegura que no le sorprende: “La Marina siempre ha estado presente en todo lo que es catástrofe, lo vi con el terremoto el 2010, después en Iquique y ahora en la Región de Valparaíso.
Cada vez que podemos ayudar, ahí estamos”. En ese sentido, explica que la Armada es súper solidaria “se paraliza y deja de hacer entrenamientos, estudios, entre otras cosas, para prestar servicios a la ciudadanía que se encuentra en riesgo. Los Infantes de Marina apoyan la seguridad, que es lo que más se necesita por los saqueos y robos que nunca faltan, y por lo mismo, yo me siento orgulloso de ser partícipe de este grupo y de la Marina”.
Por lo mismo, dice que le enorgullece salir a la calle y que la gente reconozca todo el esfuerzo que uno hace: “es difícil dejar las familias para prestar ayuda humanitaria, más aún cuando pasan estas cosas; pero es una linda labor que la Armada seguirá haciendo, porque va a continuar estando presente cuando la ciudadanía lo requiera”.