Hombres Bravos del Litoral
La fuerza del tsunami no pudo derribar su espíritu ni voluntad
Han pasado casi tres meses desde aquella noche del 16 de septiembre, cuando todo Chile se disponía a iniciar las celebraciones de un nuevo aniversario patrio y la tierra se movió generando un terremoto con un posterior tsunami que afectó a la costa nacional, con especial fuerza a La Serena, Coquimbo, Los Vilos y alrededores.
Será esa capacidad de resiliencia o voluntad propia de una nación que desea levantarse, avanzar y recuperar las condiciones de normalidad; pero el hecho es que a 30 días de la tragedia era evidente el esfuerzo desplegado por cada uno de los afectados y de las instituciones del Estado involucradas en tan titánica labor.
Es el caso de las dotaciones de la Capitanía de Puerto y de la Gobernación Marítima de Coquimbo, quienes a menos de 24 horas de ocurrido el terremoto y tsunami pusieron manos a la obra en la tarea de recuperar sus capacidades y poder cumplir con la misión de la Autoridad Marítima.
Para el Gobernador Marítimo de Coquimbo, Capitán de Fragata LT Eduardo Rubilar, el esfuerzo desplegado por ambas dotaciones en restablecer las condiciones de operatividad, son "prueba del profesionalismo y cariño que el personal tiene hacia su repartición", lo que se vio complementado con el firme respaldo de la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante. A modo de ejemplo, a cinco días de ocurrida la tragedia ya se contaba con un equipamiento para atender al público, aportando a la normalización del Servicio de los usuarios marítimos, especialmente en lo concerniente a la recuperación de documentación que le permite realizar sus labores o para realizar los trámites ante las entidades de Gobierno para restitución de sus artes de pesca o embarcaciones.
Un hecho significativo fue el desvarado de todas las embarcaciones que a consecuencia del tsunami terminaron en la explanada de la costanera de Coquimbo. De acuerdo al Capitán de Navío LT Manuel Cofré, quien se desempeñó como asesor experto en las tareas de desvarado en virtud a la experiencia recogida tras el maremoto que afectó a Talcahuano, la posibilidad de volver las embarcaciones al mar permite terminar con una postal que diariamente recordaba a todos los vecinos los efectos del tsunami.
Con el empuje que le es propio a los "hombres bravos del litoral" las instalaciones de la Capitanía de Puerto y de la Gobernación Marítima de Coquimbo van restableciéndose. No obstante, aún está presente el recuerdo en la dotación de lo que fue el efecto del tsunami. "Cuando ocurrió el terremoto, rápidamente dimos la orden de evacuar y sacar a zona segura el material sensible de la repartición, tarea en la que jugó un rol importante el personal soltero que estaba abordo", señala la Subteniente LT Valeria León, Oficial de Guardia a cargo de la repartición aquella noche.
"En tanto, el personal de guardia (eran sólo tres) y el subjefe de la Gobernación nos quedamos abordo emitiendo los informes de seguridad y evacuación a los usuarios marítimos, a fin de evitar la ocurrencia de tragedias personales. Cuando llegó la primera ola subimos hasta el segundo piso de la Gobernación Marítima que en ese momento era la zona segura y esperamos a que pasara", agrega.
Por eso, una vez que pasó la primera ola y registrada la fuga de gas a consecuencia de la rotura de la cañería que lo contenía por efecto del tsunami, el personal de guardia salió de la repartición hasta una zona segura ubicada una cuadra de la repartición, lugar que fue estratégico para informar del estado de la mar al Comité de Emergencia y a las autoridades navales de la Primera Zona Naval.
A esto se sumó el trabajo destinado a evitar el paso de los usuarios marítimos hasta la zona de riesgo evitando la ocurrencia de desgracia personales, con un profesionalismo que superó toda prueba y que diariamente se pone al servicio de la comunidad, ayudando a restablecer, levantar y normalizar la vida de los habitantes de la Jurisdicción de la Gobernación Marítima de Coquimbo.