Fragata “Almirante Latorre”
La camaradería como un valor
El alto nivel de camaradería que pudimos constatar no sólo era producto de la expectación deportiva provocada por el “modo mundial”. A bordo, nos dimos cuenta que el espíritu de cuerpo y trabajo en equipo son valores primordiales para esta dotación.
Lo primero que llama la atención al embarcarse en la Fragata "Latorre", es un trofeo instalado en el portalón del buque. Se trata del "Caupolicán", una estatuilla dorada que simboliza el triunfo de una tradicional competencia deportiva entre las unidades de la Escuadra, que incluye boga, vela, natación y otras maniobras náuticas. La "Latorre" ostenta un bicampeonato, adjudicándose el primer lugar en los torneos 2012 y 2013.
Al conversar con parte de la dotación, pudimos entender las razones de estos triunfos. Esta fragata mantiene una mística compartida por toda la dotación, desde el Comandante hasta el último marinero, y que se manifiesta en el compromiso de su gente y el grato ambiente de trabajo.
Cinco marinos de la actual dotación, pertenecen a la tripulación original. Conversamos con dos de ellos. El primero, el Condestable, Suboficial Mayor Waldo Vargas, quien lleva nueve años en la Fragata "Latorre". "La gente trabaja contenta y alegre, lo que es importante para el logro de los objetivos tanto de la Armada como del Comandante en Jefe o del Comandante de buque", señala para explicar qué lo ha motivado a solicitar cada vez que puede quedarse a bordo. "Si yo pudiese pedir quedarme otro año más de Condestable, lo hago. No me quiero ir del buque", agregó.
Era de esperarse. El alto nivel de motivación que se respira en los pasillos del buque, se puede comprobar en los rostros alegres, buen sentido del humor y por sobre todo, en el compañerismo. El Cabo 1º Ulises Kobbert también pertenece a la primera dotación del buque y reconoce que ha pedido quedarse año tras año, ya que el grupo humano es muy bueno. "Todos piden quedarse. Esa es la esencia del buque: su espíritu de cuerpo y la capacidad de sobreponerse ante la adversidad y nuevos desafíos. ´Todos vamos a una´, es decir, todos remamos para el mismo lado."
Otro aspecto importante que destaca el Cabo Kobbert es que la permanencia en el buque le ha permitido hacer una buena carrera. Desde la sala de operaciones del buque, ha pasado por todos los puestos y hoy se desempeña en el cargo más alto que puede obtener su antigüedad. "Esto ha sido gratificante, porque he tenido que estudiar mucho y me he superado. Si uno quiere ser profesional y el mejor, hay que esforzarse".
En lo operativo, el Teniente 1º Hans Wiedeman, señala que "el nivel de entrenamiento de este buque es excepcional. Logramos un nivel y lo hemos mantenido en el tiempo". Además, explica que esto se debe en parte a la camaradería a bordo. "El espíritu de cuerpo es increíble, yo no lo he visto en otro buque. Eso se refleja en grandes logros, como el nivel y disponibilidad operativa. Cuando se nos ha requerido, hemos navegado. Eso se debe a buen ambiente trabajo que se logra gracias al profesionalismo, respuesta y compromiso de la gente".
El 2013 se embarcaron por primera vez, seis mujeres y este año se embarcaron seis más, completando la capacidad máxima del buque para el personal femenino. La Marinero 1º Joselyne Vásquez cuenta que fue una experiencia satisfactoria. Ella y sus cinco compañeras venían de la Escuela de Grumetes, recién egresadas, a un buque de la Escuadra. Reconoce haber estado nerviosa, sin embargo, era lo que ella quería.
El recibimiento de sus compañeros fue bueno y admite que el proceso de integración fue paulatino. "Cuando llegamos nos propusimos demostrar que podíamos ser mejores cubriendo un puesto, que eso no depende de si es hombre o mujer, sino del profesionalismo", agregó. Luego de un año y medio a bordo, no existen diferencias en las exigencias y en el trato. Reconoce una diferencia: son mateas y muy autoexigentes. "Para cubrir un puesto determinado, tenemos que cumplir con algunas pruebas y cuando nos dan las fechas de estas pruebas, nosotras tratamos de pasarlas al ti ro, no dejarlas para el final. Las mujeres somos súper responsables y no nos gusta tener nada pendiente".
Mientras recorríamos el buque era evidente que lo conversado con la dotación era una realidad. Nos faltaba conversar con el Comandante y su visión al respecto. "Yo siempre he dicho que esta dotación, pese a ser un buque grande, los marinos a bordo comparten un espíritu de cuerpo, camaradería y sentido de pertenencia que se da en los buques más pequeños. Todo esto contribuye a las tareas que se nos asignan y al estado de preparación del buque", comenta el Capitán de Fragata Jaime Sepúlveda, comandante de la Fragata "Almirante Latorre".
"Este buque nació con una mística especial. Desde sus primeras actividades ya se veía un ambiente particular a bordo y hemos tratado de mantener ese valor", puntualizó el comandante Sepúlveda, quien además envío un mensaje a toda su dotación: "sigamos manteniendo el espíritu de camaradería que nos ha permitido mantener un buen ambiente de trabajo. Estoy muy satisfecho del profesionalismo a bordo y que todas las tareas que nos han asignado, la hemos cumplido satisfactoriamente".
HITOS IMPORTANTES
Este buque, perteneciente a la Escuadra Nacional, izó el Pabellón Nacional el 16 de diciembre del 2005 en la ciudad de Den Helder, Holanda. Luego de tres meses recaló al puerto chileno de Valparaíso el 06 de marzo del año siguiente.
Dentro de los logros e hitos navales más importantes, destaca su participación en la operación ESG (Expeditionary Strike Group) que se realizó el 2007, donde la "Latorre"navegó por seis meses junto a cuatro buques norteamericanos por diversos océanos, participando de un entrenamiento interoperacional, donde pudo adquirir importante experiencia y mostrar su alto grado de alistamiento.