Empleados civiles en la Armada
El valor del compromiso
Existen más de cinco mil civiles que trabajan en la Institución y guardan una historia sobre cómo la conocieron en un principio, cómo cumplieron el sueño de formar parte de sus filas y cómo hasta hoy mantienen intacta esa relación que cultivaron con el mundo naval.
El 14 de octubre es el Día del Empleado Civil y se celebra en todas las reparticiones de la Armada como una forma de reconocer el relevante aporte que realizan los más de cinco mil empleados civiles que existen desempeñándose en distintos rubros dentro de la Institución.
El Director de Recursos Humanos de la Armada, Capitán de Navío Jorge Ugalde, explica que existe un número considerable de funciones que son ejecutadas por personal que no ha ingresado a las Escuelas Matrices ni de Especialidades, sino que con su conocimiento como profesionales, técnicos o administrativos, desarrollan tareas especializadas que no requieren la formación naval tradicional.
“Este grupo humano es de gran apoyo, ya que por sus propias características permanece durante largo tiempo en una misma repartición, siendo verdaderos continuadores a través del tiempo de las funciones que en ésta se realizan, transformándose en leales colaboradores”, comenta.
Ellos trabajan en los ámbitos de la salud, ingeniería, construcción, hidrografía, educación y social, financiero, comunicacional, marítimo, administrativo, jurídico y diseño, y se dividen en profesionales, técnicos y administrativos.
Los empleados civiles se dividen en los de planta (420 profesionales, 102 técnicos y 79 administrativos), personal a contrata (total de 543), de fondos propios (total de 3 mil 512) y profesores civiles (total de 253). El resto trabaja en modalidad de honorarios, entre otras.
Un trabajo, una vida
Alejandra Schade tiene 42 años y es bioquímica de profesión. Su trabajo en la Armada se desarrolla en el laboratorio del Hospital Naval Almirante Nef, en Viña del Mar. Lleva 10 años en la Institución y confiesa con orgullo que fue una decisión acertada. “Siempre me gustó de la Armada su orden y disciplina. Cuando conocí el laboratorio de este hospital lo encontré impecable y pensé: me encantaría trabajar aquí”. “Valoro el espacio que existe para los profesionales civiles de distintas áreas porque eso le entrega diversidad y fortalece el potencial de la Institución. Hago mi trabajo muy consciente de que detrás de cada examen que se realiza en el laboratorio hay un paciente y una familia que es parte de la Armada”, dice.
También destaca que “el buen ambiente y la estabilidad laboral que se logra aquí es impagable. Además la existencia de tecnología de última generación me permite estar siempre vigente y, por otro lado, el hecho de ser empleado civil brinda una continuidad en los cargos que facilita la realización de proyectos a largo plazo”.
Lorena Cáceres, también de 42 años, es técnico universitaria en programación de computadores y trabaja en el Centro de Informática y Computación de la Armada. Además, participó el 2004 y 2005 en el seleccionado de cross country de la Armada y desde 2010 es seleccionada institucional de tiro al blanco en la categoría arma corta damas.
Entre sus actuaciones de los últimos años, destacan la del Campeonato Aniversario Nº 51 de la Confederación Deportiva de la Defensa Nacional de Tiro al Blanco el 2012, donde Lorena obtuvo el 4º lugar por categoría y el 1º lugar en equipo mixto y el Campeonato Interinstitucional de Tiro al Blanco ese mismo año, donde resultó cuarta por categoría y vice campeona como equipo Armada.
Hoy lleva 20 años en la Institución y cuenta que lo que más llamó su atención fueron el uniforme, los buques y las ceremonias. “Llegué a presentarme al Cincomar y quedé de inmediato. Estaba familiarizada con lo naval desde pequeña debido a mi padre, Suboficial Mayor (R) de especialidad submarinista, y también por el lado de mi madre quien es bisnieta del ingeniero Eduardo Hyatt, muerto en el Combate Naval de Iquique”.
“Mi rol ha sido comprometerme con cada trabajo, cumpliendo con lo solicitado de manera responsable y eficiente. Viví la experiencia de ser transbordada el 2003 a Talcahuano, a la Dirección de Recuperación de Unidades, asumiendo como todo Marino el tema de vivir lejos de la familia mientras se hace una nueva vida”.
Alguien que también ha enfrentado los desafíos de ser parte de esta Institución es Juan José Fierro, ingeniero mecánico de 57 años, 28 de los cuales se ha desempeñado como empleado civil de la Armada, siendo Jefe de la División Dinámica Costera del Departamento de Oceanografía en el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA).
Al ingresar le llamó la atención lo variado de las actividades, la utilización con fines científicos y operativos de los datos recolectados, la logística requerida para la generación de productos como cartas y publicaciones náuticas, y las relaciones con prestigiosas instituciones nacionales e internacionales.
“He tenido el privilegio de participar en desafíos continuos, tales como los procesos de modernización producto del avance tecnológico en el instrumental hidrográfico y oceanográfico y la implementación de procedimientos y programas para optimizar el procesamiento de la información, entre otros, y todos han sido enfrentados junto a un cohesionado grupo de profesionales y especialistas, quienes me han apoyado con genuino compromiso y cariño por la Institución”, comenta.
Juan ha representado al país y a la Armada en diferentes oportunidades y comenta que “al trabajar en el SHOA un empleado civil debe estar consciente de ser parte de un organismo de reconocido prestigio.