Sargento 2° IM Franco Silva

Árbitro de la Asociación Nacional de Fútbol Amateur

Una afección en su columna, por la cual tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en tres oportunidades debido a que poseía una hernia en el núcleo pulposo L5-S1, lo obligó a dejar para siempre el deporte que había practicado durante toda su vida: el fútbol.

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Fueron años difíciles para el Sargento 2° IM Franco Silva, quien tuvo que acostumbrarse como sus amigos y compañeros de trabajo se divertían dentro de una cancha de fútbol. Finalmente, y tras cinco años que alcanzó a estar fuera de las canchas, se dio cuenta que su pasión iba más allá que correr detrás de un balón.

Su amor por el deporte rey, lo llevó a ingeniárselas para ser uno de los protagonistas en recintos deportivos, decidiendo pasar a la vereda del frente, a la de aquellos que imparten justicia y que por momentos se transforman en uno de los personajes más cuestionados y menos queridos: el árbitro.

“Por los problemas físicos que tuve debía buscar la forma de seguir con mi pasión. Sabía que no era el mismo de antes, así que tomé la decisión de comenzar a dirigir encuentros de fútbol en la Región de Valparaíso. Al principio fue sólo un hobby, pero conforme pasaba el tiempo, empecé a encariñarme con una labor ingrata pero importante en este deporte”, nos cuenta.

Dirigiendo por cerca de cuatro años, ha encontrado un nuevo camino que ha reemplazado de buena forma sus pretensiones de seguir activo, incluso llevándolo a ver el fútbol desde otra perspectiva: “Ahora veo los partidos desde otro punto de vista, totalmente profesional como árbitro, haciéndolos inclusive más interesantes, ya que hay que estar en todas durante el encuentro. Esta actividad ha venido a llenar un espacio que dejó el alejarme de las canchas como deportista”.

SU LLEGADA AL FÚTBOL AMATEUR

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Dos años después de comenzar a dirigir, el Sargento Silva fue trasbordado a la Cuarta Zona Naval, razón por la cual pierde continuidad en su ascendente carrera como árbitro. Sin conocer a mucha gente ligada al fútbol en la Zona Norte, recibe la invitación de el Cabo 1º IM Manuel Uribe y el Cabo 1º Carlos Queupumil, para que participe en la Asociación de Árbitros “Emilio Chávez Zapata” en Iquique. “Me reintegré feliz a la actividad. La diferencia es que esta vez estaba en una federación y eso le da mayor seriedad al tema”.

Su constancia y buen trabajo durante el 2013 en las canchas del norte, tuvo su reconocimiento, pasando a formar parte de la Asociación de Árbitros “Tarapacá”, entidad que le dio la oportunidad inmediata de perfeccionarse en una capacitación realizada por la Asociación Nacional de Fútbol Amateur. En noviembre del mismo año, el Sargento Silva asistió a charlas dictadas por el mismo ex árbitro FIFA, Mario Sánchez y José Henríquez, árbitro profesional.

MOMENTOS DIFÍCILES, COBROS DUDOSOS

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A pesar de la felicidad de volver a dirigir partidos oficiales, reconoce que no deja de ser un pasatiempo complicado, por los constantes cuestionamientos que trae consigo el impartir justicia entre 22 hombres, con la adrenalina a tope en un campo de juego. Su presencia en campeonatos empresariales, regionales y ahora último, en un torneo nacional, ha dejado anécdotas y vivencias tan sabrosas como complejas.

Es así como recuerda momentos difíciles que ha vivido en el fútbol amateur, quedando en su memoria uno en especial, que marcó su experiencia en el arbitraje. “En un encuentro que dirigí en la localidad de Pica, se efectúa un ti ro de esquina y, en la jugada, el balón rebota en un atacante e ingresa al arco. El arquero reacciona y saca el balón de adentro, no apreciando yo la situación, por la cantidad de jugadores en el área. El segundo asistente corre a la línea de mitad de cancha indicando la anotación, momento en que corrijo y marco el gol. Quedó la grande, tenía los once jugadores titulares, Director Técnico, suplentes rodeándome reclamando.

Fue un momento de bastante tensión. Afortunadamente, fueron sólo reclamos; pero lo pasamos mal por varios minutos con el cuerpo arbitral. Después del partido, conversamos con   los asistentes y nos dimos cuenta que cometimos errores de coordinación”.

Experiencias como éstas son las que a pesar del mal rato, han enseñado al Sargento Silva que la preparación sicológica y física es fundamental en una actividad tan exigente como la de ser árbitro. “Antes de los partidos conversamos con los asistentes para saber cómo trabajaremos. Damos nuestros puntos de vista y realizamos coordinaciones. Quizás lo más importante es prepararse psicológicamente para enfrentar todo lo que pueda demandar el partido y no se nos salga de control. Cuando los equipos son muy competitivos o se están jugando algo importante, la presión que se genera es grande y hay que estar preparado para cualquier reacción de los jugadores o hinchas”.

El desafío del Sargento Silva, a sus 40 años, es llegar a dirigir en el corto plazo en la Tercera División, ya que el profesionalismo tiene un límite establecido de edad que impediría su participación en el profesionalismo. Para esto, deberá realizar un buen cometido durante la actual temporada, para ser promovido a fin de año por el Comité de Árbitros y evaluado por la Asociación Nacional de Fútbol Amateur.

APOYO INCONDICIONAL DE LA FAMILIA:

“El apoyo de mi esposa Matilda y de mis hijas Belén, Lía y Pamela es importantísimo, ya que en ocasiones el hogar se ve alterado, al tener que salir muy temprano, regresando a Iquique en algunas ocasiones a las tres de la madrugada”.