- Ud Esta en :Portada
- / Solidaridad
Solidaridad VIII
Preparados ante la emergencia
El estruendo del volcán Mocho-Choshuenco, cercano a la localidad de Panguipulli, en la Región de los Ríos (Chile), todavía resonaba a ambos lados de la Cordillera. Altas columnas de humo se elevaban kilómetros en el cielo transportando densas cenizas, al tiempo que múltiples chorrillos de lava comenzaban a correr cuesta abajo. En minutos, el día se hizo noche.
Tras la erupción, varios eventos sísmicos sacudieron toda la Región de los Ríos. Las alarmas para el resto de la costa chilena se dispararon de inmediato con alertas de posibles tsunamis. Pero esta vez, la energía desatada por el volcán se direccionó hacia el este. En San Martín de los Andes (Argentina) varias réplicas hicieron temblar la ciudad y, por efecto del viento, lentamente la noche del volcán comenzó a oscurecer la Cordillera.
Varios edificios colapsaron con ocupantes en su interior y algunos derrumbes en la montaña dejaron cerrados los accesos a la ciudad. La densidad de las cenizas y el crecimiento de los ríos por el desprendimiento de nieve en las cumbres aislaron a los pobladores rurales, muchos de los cuales intentaron buscar salidas y se extraviaron, sumando riesgos a los distintos focos de incendios forestales que se presentaron en diversos puntos.
Las autoridades locales solicitaron apoyo al Estado argentino para que envíe personal y medios de las Fuerzas Armadas que permitan atenuar los efectos de esta catástrofe natural que se desató sobre la Patagonia cordillerana.
El despliegue
La erupción del Mocho-Choshuenco y sus diversos efectos posteriores fueron la hipótesis de catástrofe natural que las Fuerzas Armadas de Chile y Argentina utilizaron como escenario para ejecución de la octava edición del ejercicio conjunto combinado de protección civil Solidaridad 2016, que se desarrolló en la ciudad argentina de San Martín de los Andes del 3 al 7 de octubre.
A partir de esta hipótesis, el trabajo se desarrolló en varios sectores de la ciudad. Mientras que en la Municipalidad funcionó el Comando Operacional de Emergencia (COE) y la plaza central de la ciudad ofició de espacio para el Comando de Zona de Emergencia (CZE), en distintas locaciones se plantearon varios incidentes que pusieron en relevancia las distintas capacidades que las Fuerzas Armadas poseen para responder a la emergencia. De esta manera, el lago Lácar y sus costas, uno de los accesos por Ruta 40, un hotel abandonado y las dependencias de las guarniciones del Regimiento de Exploración Nº 4 y del Regimiento de Infantería de Montaña Nº 26 en Junín de los Andes, fueron los escenarios donde se efectuaron las distintas simulaciones.
Bajo la coordinación del Comando Operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Argentina, se desplegaron 1.061 efectivos -920 argentinos y 141 chilenos - de las Armadas, Ejércitos y Fuerzas Aéreas de ambos países, además de medios de otras agencias locales que normalmente responden a la emergencia. También participó Defensa Civil, Prefectura y Gendarmería Nacional de Argentina, Bomberos voluntarios, Administración de Parques Nacionales y Policía.
El contingente de la Armada Argentina desplegó personal del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada para coordinar las acciones y personal del Servicio de Salvamento y Defensa QBN de la Armada; el Centro de Adiestramiento de la Fuerza Aeronaval Nº 2; el Hospital Naval Puerto Belgrano; los Batallones de Infantería de Marina Nº 2; de Comunicaciones Nº 1; de Comando y Apoyo Logístico; Vehículos Anfibios y de Seguridad de la Base Naval Puerto Belgrano con la Agrupación Perros de Guerra, y del Centro Integrador de Inteligencia Táctica de Operaciones Navales.
Por la Armada de Chile, participó el Comando de Fuerzas Especiales, compuesto por Buzos Tácticos y Comandos de la Infantería de Marina.
Alarma binacional
Declarada la emergencia, además de enviar en respuesta a sus Fuerzas Armadas; el gobierno argentino convocó a su par chileno por asistencia en el marco del Acuerdo sobre Cooperación en Materia de Catástrofes, que ambas naciones suscribieron en 1997 con el compromiso de aliarse en las acciones que emprendan sus respectivas naciones en caso de catástrofes de origen natural o provocadas por el hombre.
De esta manera, mientras la ayuda de las Fuerzas Armadas llegaba a San Martín de los Andes, la hipótesis original se iba ampliando para que el ejercicio gane complejidad y realismo. Las autoridades locales, a través de las Fuerzas de Seguridad y Defensa Civil recibieron la información de dos accidentes sobre el lago Lácar. Mientras que una embarcación se daba vuelta al chocar con una roca por la escasa visibilidad, una aeronave caía al lago por desperfectos en sus motores a causa de la ceniza en suspensión. Ahora todos los incidentes estaban en juego.
En respuesta, sobre las aguas del lago, a muy baja altura, un helicóptero de la Fuerza Aérea Argentina y uno de la Fuerza Aérea de Chile sembraron nadadores de rescate de la Armada Argentina y del Ejército de Chile en cercanías del punto donde se accidentó la embarcación para asistir a los náufragos. Una vez reunidos con ellos, botes semirrígidos de las Armadas de ambos países recuperaron a las víctimas y las llevaron a la costa para su atención. Según los registros, había un tripulante desaparecido.
"Creo que lo más rescatable de este ejercicio, aparte de comprobar la flexibilidad que tienen las capacidades de las Fuerzas Armadas tanto de Chile como de Argentina para actuar en distintos tipos de catástrofes, es la camaradería y la amistad que se forma, porque son lazos que permanecen para siempre". Comandante de Operaciones Navales de la Armada de Chile, Vicealmirante José Miguel Rivera.
Se convocó entonces a buzos del Servicio de Salvamento de la Armada y de las Fuerzas Especiales de la Armada de Chile que con un sonar de barrido lateral, determinaron la posible ubicación del supuesto cuerpo sumergido. Hecho esto, buzos de ambas naciones bajaron unos 25 metros para recuperar el cadáver simulado -un maniquí con ropa civil- para entregarlo luego a las autoridades policiales locales que siguieron con el protocolo estipulado.
En ese mismo momento, en la zona del siniestro de la aeronave, se detectó una mancha de combustible sobre el lago. El Comando de Zona de Emergencia solicitó al Servicio de Salvamento y Defensa QBN (química, bacteriológica y nuclear) de la Armada Argentina desplegar una barrera para contener el derrame y emplear bombas de succión para extraerlo del lago.
Los náufragos llevados a la costa fueron atendidos por médicos y enfermeros de ambos países y trasladados en ambulancias al hospital reubicable de campaña que el Ejército de Chile y la Armada Argentina montaron en cercanías de la playa, con atención hiperbárica incluida. Por otro lado, y como el corte de la Ruta 40 impedía que automóviles pesados como autobombas y camiones llegaran a la localidad a brindar ayuda, el Ejército Argentino desplegó un muelle flotante para el transporte de estas unidades por vía lacustre. También un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina sobrevoló el espacio aéreo soltando toneladas de cargas mediante paracaídas con medicamentos, alimentos e insumos.
En otro punto de la ciudad, un hotel colapsó por las réplicas posteriores a la erupción con turistas y habitantes en su interior. Allí, fracciones, bomberos voluntarios, Defensa Civil, ambos ejércitos, una sección de Comandos Anfibios de la Armada de Chile, la Agrupación Perros de Guerra (APG) y el Batallón de Apoyo Logístico de la Armada Argentina, operan juntos para recuperar víctimas entre los escombros y rescatarlas.
Al oeste, bomberos voluntarios junto a brigadistas de incendios forestales del Batallón de Infantería Nº 2 de la Armada Argentina, combatieron focos de incendios que amenazaban con propagarse y llegar a las localidades aledañas. Al mismo tiempo y en otro sector, rescatistas de Parques Nacionales, de los Ejércitos de Chile y Argentina y de la APG de la Armada Argentina efectuaron rastrillajes para dar con los vecinos de los espacios rurales que se extraviaron buscando vías de salida.
Todos estos eventos del ejercicio Solidaridad se desarrollaron en forma casi simultánea durante varios días, evidenciando la complejidad de incidentes que pueden manifestarse ante la ocurrencia de una sola emergencia.
De esta manera se pretendió poner en común los métodos, mejorarlos, profundizar el trabajo, conocerse y crear lazos indelebles entre pueblos hermanos. El último día el proceso completo se repitió para evaluación de las autoridades. En menos de tres horas, todos los incidentes habían sido lanzados y resueltos. Ese nivel de interoperabilidad para ayudar a una comunidad afectada fue el objetivo que más de mil hombres alcanzaron este año.
"La interoperabilidad con la Armada de Chile, desde que venimos cumpliendo fases operativas hace muchos años, como por ejemplo con la PANC donde ha habido intercambios de personal y oficiales, más este tipo de ejercicios, demuestra que estamos realmente en un excelente camino y en condiciones de actuar las dos Armadas de forma simultánea". Jefe del Estado Mayor General de la Armada Argentina, Almirante Marcelo Srur.
La última jornada
Autoridades de ambos países llegaron a San Martín de los Andes el 7 de octubre para presenciar el ejercicio final y firmar el acta de acuerdo.
Estuvieron el Jefe del Estado Mayor Conjunto chileno, General de Aviación Arturo Núñez, su par argentino, Teniente General VGM Bari del Valle Sosa, y los tres jefes de las Fuerzas Armadas argentinas.
También participaron el Secretario de Servicios Logísticos para la Defensa y Coordinación Militar en Emergencias, Walter Ceballos; el Subsecretario de Defensa de Chile, Marcos Robledos y el Comandante de Operaciones Navales de la Armada de Chile, Vicealmirante José Miguel Rivera, entre otras autoridades civiles y militares.
A modo de conclusión, el Capitán de Fragata Javier López, oficial de enlace de la Armada Argentina en la simulación, comentó que "este ejercicio brindó la oportunidad de adiestrar al personal y comprobar el material en la aplicación de distintas técnicas y procedimientos, en una beneficiosa relación con las otras instituciones del Instrumento Militar Nacional y de la República de Chile; al mismo tiempo de presentar a la ciudadanía a unas Fuerzas Armadas listas para concurrir rápida y eficientemente en respuesta y auxilio a la sociedad a la cual pertenecen".